La cantante de 60 años aborda distintos aspectos de su vida en una entrevista con The New York Times en la que, preguntada por la experiencia de grabar su documental Truth or Dare con el estudio de cine Miramax, propiedad de los hermanos Weinstein, coincide con lo vivido por otras mujeres de la industria del entretenimiento.
“Harvey cruzó líneas y límites y fue increíblemente insinuante y directo conmigo cuando estábamos trabajando juntos; él estaba casado en ese momento, y yo, desde luego, no estaba interesada”, recordó la artista sobre el productor, de 67 años, cuyas conductas inapropiadas salieron a la luz en la prensa estadounidense en octubre de 2017.
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Más de 80 mujeres, entre ellas conocidas estrellas de Hollywood como Salma Hayek, Angelina Jolie o Lupita Nyong’o, lo acusaron de conductas sexuales inapropiadas desde entonces y además se enfrenta a un proceso penal por delitos sexuales cuyo juicio en el estado de Nueva York está previsto que empiece en setiembre.
A raíz del escándalo, surgió un terremoto feminista en Hollywood que, articulado posteriormente bajo el movimiento Me Too, señaló a otros presuntos agresores y acosadores sexuales y después saltó al mundo de la política y los medios de comunicación, dando lugar a otro movimiento, Time’s Up.
La conocida como “ambición rubia”, que admitió estar sorprendida de que Time’s Up y otras iniciativas de lucha contra el acoso sexual entraran en el espacio público, dijo “ser consciente” de que Weinstein “hacía lo mismo (que con ella) con otras muchas mujeres que conocía en el negocio” del entretenimiento.
“Todas pensábamos: ‘Harvey hace eso porque tiene tanto poder, y es tan exitoso, y a sus películas les va tan bien, y todo el mundo quiere trabajar con él, que tienes que aguantarlo’. Y así era”, explicó la también empresaria y actriz.
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Madonna admitió que “cuando ocurrió” el escándalo de acusaciones de acoso y abuso sexual contra el productor se sintió aliviada y pensó “por fin”, pero rechazó haberlo celebrado: “No lo vitoreé con vehemencia porque nunca voy a vitorear el hundimiento de alguien”.
“No creo que eso dé buen karma, de todas formas. Pero fue bueno que alguien que había estado abusando de su poder durante tantos años fuera desafiado y que se le exigieran responsabilidades”, agregó.
Hace apenas dos semanas, Weinstein alcanzó un preacuerdo por USD 44 millones para cerrar las demandas presentadas contra él por algunas de sus presuntas víctimas y por el estado de Nueva York. El preacuerdo no afecta al caso penal en el que está acusado de violación y otros delitos, de los que se ha declarado no culpable.