“Estuvimos tres años y tres meses conectadas a una máquina de diálisis. La fecha más feliz de nuestra vida fue el 18 de mayo del 2016, cuando recibimos la llamada de una familia que dijo sí a la donación de órganos”, comienza relatando la madre en una carta abierta.
La mujer escribió estas líneas, cargadas de gratitud, para pedir a familiares de donantes registrados en el Institución Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), que respeten la decisión tomada en vida por los mismos.
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Mencionó que ser donante es un arte genuino de amor, dar vida después de la muerte. En el caso de su hija, según contó, fue beneficiada con la donación de un riñón que resultó compatible con ella.
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“Mamis, papis, hermanos, a no perder la fe y la esperanza que siempre hay una luz en la oscuridad. Acompañemos, demos fuerza a nuestros campeones”, expresó.
En la lista de espera del INAT hay 350 personas a nivel país, encabezada por 198 pacientes que requieren trasplante renal, seguidos de los 141 en espera de córneas, siete de un corazón y cuatro de hígado.
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Toda persona viva o después de muerta, sin importar la edad ni el sexo, puede ser un donante de órganos, a menos que los médicos determinen algún problema que impida el trasplante, informó el Ministerio de Salud.
Los órganos que se pueden donar incluyen corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino. Así también, los tejidos, como córneas, piel, huesos y médula ósea, vasos sanguíneos, válvulas cardiacas, cartílagos, tendones y nervios.