Maduro, en el poder desde 2013, tomó juramento en una ceremonia con toda la pompa en la sede del Parlamento, bajo su control, al igual que todas las instituciones del país, incluyendo la Fuerza Armada, que por enésima vez le juró “lealtad y subordinación absoluta”.
GONZÁLEZ URRUTIA. Unas horas más tarde, la jefa de la oposición, María Corina Machado, indicó que González Urrutia, quien reivindica la victoria en las elecciones del 28 de julio, no viajaría a Caracas, como había prometido. “Le he pedido que no lo haga porque su integridad es fundamental para la derrota final del régimen”, dijo en un video en redes sociales, al sostener que no estaban dadas las “condiciones”.
“Juro” que “este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia”, prometió un enérgico Maduro, vestido de traje oscuro, ante el jefe legislativo, el poderoso dirigente chavista Jorge Rodríguez.
“¡Lo juro por la historia, lo juro por mi vida, y así cumpliré!”, agregó el mandatario izquierdista, antes de recibir la banda y el collar presidencial.
A bordo de un todoterreno militar se trasladó hacia la Academia Militar de Venezuela, donde encabezó un acto de “reconocimiento y reafirmación de lealtad”.
La autoridad electoral proclamó a Maduro ganador de los comicios con 52% de los votos en los comicios presidenciales, pero a la fecha sigue sin publicar el escrutinio detallado, como manda la ley. La oposición asegura por su parte que González Urrutia ganó con el 70%.
GOLPE DE ESTADO. La principal coalición de partidos políticos opositores, la Plataforma Unitaria, denunció que Maduro consumó “un golpe de Estado” al juramentarse, apoyado “por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio”, según un comunicado que sostiene “González Urrutia es quien debe ser juramentado”. González Urrutia está en República Dominicana, desde donde sopesaba un plan de tomar un vuelo privado a Venezuela para presionar su investidura. La idea fue siempre vista como improbable por analistas.
REPUDIO INTERNACIONAL. El gobierno de Chile calificó de “fraudulento” el proceso electoral del 28 de julio, afirmando que “por esta razón” la investidura de Nicolás Maduro “está desprovista de toda legitimidad democrática”.
Estados Unidos tildó de “farsa” la investidura. La Unión Europea señaló que Maduro “carece de legitimidad”.
El Reino Unido lo tachó de “fraudulento” y anunció sanciones contra 15 altos cargos.
La cancillería ecuatoriana condenó “el irrespeto de la voluntad popular” y estimó que Maduro “ha tomado posesión de un cargo que ha sido arbitrariamente arrebatado al pueblo venezolano”, considerando como el “verdadero y legítimo” presidente al candidato de la oposición Edmundo González Urrutia.
En la toma de posesión de Maduro resaltó la ausencia de mandatarios. Según el líder chavista asistieron representantes de 125 países. Sin embargo, apenas acudieron dos presidentes: Los dictadores Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, que rigen en Cuba y Nicaragua, respectivamente. El presidente ruso, Vladimir Putin, transmitió sus “felicitaciones” a su aliado venezolano a través de su representante en el acto, el jefe de la Duma, Viacheslav Volodin. Otros ex aliados, como el izquierdista Gustavo Petro, presidente de Colombia, se alejaron luego de las elecciones de julio pasado. En Chile, uno de los destacados líderes de la izquierda en Latinoamérica, dijo que “no cabe duda que el Gobierno de Maduro es una dictadura”.