Los investigadores locales venían alertando sobre los riesgos que implicaría la liberación comercial del Trigo HB4, sin saber que el evento en realidad ya fue aprobado mediante la Resolución N° 556. Se dieron cuenta de la existencia del documento el fin de semana mediante una publicación de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), que celebraba la apreciación de las acciones del dueño de la tecnología en la Bolsa de Valores, Nasdaq.
“La aprobación se dio el pasado 10 de mayo sin mayores análisis ni consultas con la ciudadanía, los organismos responsables no pusieron a disposición pública la información al respecto, los impactos de esta decisión se sentirán en la mesa y en los campos paraguayos”, apuntó el centro de investigación sobre el evento denominado Trigo IND-OO412-7 (HB4), que fue liberado a favor del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario, una empresa que pertenece al grupo Bioceres.
Sobre este punto, el ministro de Agricultura y Ganadería, Santiago Bertoni, mencionó primeramente que él estaba fuera del país cuando se firmó la resolución. De hecho, figura la rúbrica del viceministro de Ganadería, Marcelo González, en calidad de ministro sustituto.
Igualmente defendió la autorización de este material que desde hace tiempo estaba siendo estudiado. “Comunicamos en el Consejo Asesor Agrario, que también estuvo de acuerdo, porque la evaluación técnica de este evento se había terminado hace más de cinco años. La parte que nos tenía siempre preocupados era la parte comercial y una vez que Brasil, EEUU y Argentina, nuestros principales mercados, lo habían aprobado, no había ya ningún impedimento para autorizarlo. Con este análisis presentado al consejo asesor, donde también hay un sector que estaba necesitando de este evento, procedimos a la liberación”, manifestó.
Vale aclarar que desde el sector privado conforman el consejo asesor agrario la UGP y la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas, así como la Coordinadora Agrícola del Paraguay, que si bien reúne a pequeños productores, es aliada del sector que reivindica el uso de transgénicos.
RIESGOS. Además de la falta de transparencia en los procesos, BASE-IS refiere que la principal amenaza de este material es su paquete tecnológico al incluir glufosinato de amonio, un químico 15 veces más dañino que el glifosinato, lo cual puede acarrear graves problemas en la salud. El texto indica que son afectadas especialmente comunidades campesinas e indígenas de pequeños productores, así como consumidores.
No obstante, Bertoni negó rotundamente la presencia del mencionado agroquímico. “Este evento está relacionado con un gen que se tomó del girasol y se lo introdujo en la soja y en el trigo para darle tolerancia al estrés hídrico, que es un cambio metabólico en la planta, no es ninguna tolerancia a herbicidas ni resistencia a insectos”, insistió.
Sobre su uso agregó que el proceso llevará al menos otros cinco años, debido a que el gen se debe todavía introducir a las variedades y hacer los cruzamientos, lo que llevaría unas cinco generaciones en el trigo.