24 abr. 2025

Mal servicio de transporte genera estrés y frustración en usuarios

Revelador. Estudio realizado por Medicina UNA muestra cómo está la situación diaria y que impacto tiene en la salud mental de la población.

29162952

Desolación. Con la mirada perdida en el vacío, buscando la hora del arribo del micro.

RENATO DELGADO

Carretera al infierno. Cada día, desde antes de la salida del sol, cientos de personas arrancan su jornada viajando hacinadas en los buses hasta donde deben trabajar o estudiar.
Antes de la caída del sol, el ciclo vuelve a repetirse a la inversa y con ligeras variaciones. A muchos les tocará extremar recursos para alcanzar el último ómnibus para llegar a sus hogares lejanos o cercanos.

Al día siguiente todo será igual y el homo paraguayensis será ese hámster corriendo en una rueda aceitada por la desidia, ineptitud e indiferencia de una rosca.

Repercusión. Es imposible que una rutina como esta no genere una consecuencia en la salud de la población. Y esto no es solo una afirmación.

El impacto del uso del transporte público en el bienestar emocional: Resultados de un Estudio en Paraguay. El trabajo realizado en Medicina UNA recientemente fue publicado en Journal of Transport & Health de la editorial Elsevier, de Países Bajos.

Fueron entrevistadas 918 personas cuyas edades estaban entre los 18 y 65 años, habitantes de Asunción, el área metropolitana e incluso ciudades un poco más alejadas.

“Realmente encontramos nosotros que hay una fuerte asociación entre el malestar emocional, el distrés psicológico y el uso del transporte público en personas del área metropolitana de Asunción”, detalló el doctor en Clínicas y docente de Medicina UNA, Julio Torales.

Estadísticamente, ocho de cada 10 usuarios ha reunido los puntos suficientes para determinar que padecen de alteraciones del bienestar.

“Esto puede traducirse en estrés, depresión, ansiedad, frustración”, detalló Torales, quien es jefe de Cátedra del servicio de Psiquiatría en el Hospital de Clínicas.

Entre los factores que generan esas alteraciones están el tiempo de espera en las unidades de transporte público, el tiempo de desplazamiento que en un viaje puede ser de dos horas en promedio. También suman el tema del servicio en general, la seguridad, la higiene, el confort.

“Porque no es lo mismo tener, por ejemplo, dos horas del día, que sabés que vas a invertir en un colectivo, donde te vas tranquilo y podés inclusive sacar tu celular o sacar tu laptop si tenés que ir a trabajar. Pero La gente se va con miedo, no es un viaje placentero porque hay mucha inseguridad también”, expresó el investigador.

Suplicios. Griselda Yúdice forma parte de la Organización de Pasajeros del Área Metropolitana de Asunción (Opama), que desde el 2023 exige acabar con las reguladas y el pésimo servicio de transporte público.

Conoce de cerca el padecimiento de esperar un ómnibus cuando debe trasladarse desde Asunción a Luque a la casa de sus padres con su hija de siete años.

“Hablando sinceramente es terrible el servicio. Yulia (hija) sufre. Desde que salimos de casa ya me dice: Seguro va tardar mucho el bus. Y ya está pirevai”, cuenta.

Depender del transporte resulta frustrante y estresante para quienes deben ir a los hospitales, escuelas, colegios y universidades, al trabajo o al mercado.

Los usuarios esperan muchas horas, viajan hacinados, son buses chatarras, sucios y rotos, con aires que no funcionan, dice coincidiendo con la investigación de la UNA.

“Aquí los estudiantes, personas mayores, mujeres y personas con discapacidad son humillados al no garantizar sus pasajes y traslado. En caso de las mujeres al no garantizar su protección contra el acoso en los buses. Claro que el viaje en bus resulta terrible para nuestra salud física y mental, y el desarrollo de una vida digna”, enfatiza Yúdice.

El mal funcionamiento de este servicio público en manos privadas, no solo afecta a cumplir con las responsabilidades laborales o estudiantiles.

Torales y Yúdice recuerdan también cómo afecta a la posibilidad de entretenimiento y distracción fuera del hogar.

“No es una cuestión solamente de lo cotidiano. También me impide desarrollarme en otro aspecto de mi vida porque si el sistema está tan mal, yo no voy a querer luego exponerme a ese sistema para nada”, dice Torales.

Además de los datos recogidos que muestran el problema, la investigación concluye con propuestas para ajustar las piezas que ayuden a mejorar el sistema.

Deben echarse a andar políticas que aborden la accesibilidad, el confort y la seguridad que podrían mejorar significativamente el bienestar emocional de la población.

Esta debe ser una tarea que abarque a las instituciones del Estado y las manos que manejan el negocio hace años.

600.000 es el aproximado de usuarios que cada día dependen del transporte público en el área metropolitana.

18.119.251 dólares fue el monto exacto que los transportistas recibieron como subsidio de enero a mayo del 2024

1.000 es el total de buses eléctricos que quiere sumar al sistema público el viceministerio del transporte
29162935

Al someternos a una frecuencia incierta, no permite organizar la vida y dificulta el cumplimiento de horarios. Los pasajeros y pasajeras terminamos afectados físicamente y en nuestra salud mental. Griselda Yúdice, Opama.

29162941

Hay muchas instituciones que están involucradas y obviamente el sector privado también, porque son empresas que ofrecen un servicio público deficitario. Acá hay una responsabilidad compartida. Doctor Julio Torales, investigador y docente Medicina UNA.

29162952

Desolación. Con la mirada perdida en el vacío, buscando la hora del arribo del micro.

RENATO DELGADO

29163004

Sardina. Los ómnibus pequeños resultan más incómodos en las horas de mayor demanda.

29163015

Acomodo. Las paradas resultan un limbo durante las interminables esperas cada día.

Más contenido de esta sección
La ministra Teresa Barán informó que inició el proceso de licitación del Gran Hospital de Asunción. En el Chaco también se proyecta un nosocomio de gran envergadura. Comprarán más ambulancias.