Pedro Gamarra Doldán
Investigador
e_juridico_asuncion@hotmail.com
Manuel Gondra Pereira nació en Argentina en 1871, hijo del argentino Manuel Gondra, fue paraguayo por su madre Natividad Pereira, de acuerdo con la Constitución Nacional de 1870. Se radicó desde muy joven en el país y fue alumno del Colegio Nacional, recién abierto en 1878, y que tantos éxitos de brillantes alumnos cosechó en la educación e intelectualidad paraguaya.
Ingresó a la Facultad de Derecho, pero no concluyó sus estudios de ciencias jurídicas, porque él era por sí un hombre justo y probo. Su biblioteca, una de las más valiosas del país (adquirida a su muerte por la Universidad de Austin, Texas, EEUU de América) que aún no ha sido bien estudiada. Gondra hablaba a la perfección el español, el guaraní, el francés y el alemán filosófico, estudio este que hizo para poder leer en su idioma original al filósofo alemán Enmanuel Kant. ¡Hoy ello parece casi imposible!
De cierta mentalidad germánica, no gustó mucho de la poesía modernista (Rubén Darío), aunque era lector voraz de todo estilo poético. Es famosa su crítica periodística al poeta paraguayo, Francisco Luis Bareiro (más tarde intendente capitalino). Esa crítica profunda y estudiada, dada en una serie de varios artículos, hizo en alguna forma, una mengua del modernismo en el país, la que al ser leída por Rubén Darío en el Congreso Panamericano celebrado en Río de Janeiro 1906, hizo que Darío se saludase con Gondra (ambos eran delegados de sus países en ese congreso), lo llamó “mi ilustre detractor”.
Gondra era esencialmente maestro y lo fue con brillantez y así brindaba su biblioteca ilustrada en la casa que habitaba en la hoy llamada con justicia Manuel Gondra (antes Mómpox). Extrañamente en esa casa había sido alquilada por una familia rusa, venida de Buenos Aires; por razones de salud de su hija Mima. Empero el clima, ella falleció, y Rubén Darío, el eximio poeta ya citado le dedico un poema a esta bella rusa “Ha muerto Mima en el Paraguay de Fuego, tú la reina de zares y perla de los popes” (la cita la transcribo de pura memoria). Es extraño, el poeta por la poesía y el crítico literario de aquel, comulgaron en la misma casa.
Gondra era político por obligación, para él la política era construir y bien sabido que ella en realidad, casi siempre destruye. El era maestro y periodista. Rafael Barrett dice que Gondra transitando de noche por las calles de la vacía Asunción de 1905, le decía: “Hable usted bajito”. No le gustaban los alaridos ni la palabra gruesa.
En 1902 participa del Congreso Científico Latinoamericano, realizado en Montevideo.
Curiosamente, escribió poco y lo más extraño que casi toda su obra conocida fue reunida por Natalicio González (1942), notorio antiliberal partidario, y justo en el año en que el gobierno de Higinio Morínigo decretara la cancelación de la personería jurídica de ese partido. Es que Natalicio y (su esposa Lidia) amaron la filosofía germánica.
Gondra fue, en 1904 con Benigno Ferreira, Manuel Domínguez, Albino Jara, Modesto Guggiari entre muchos otros, los que llevarían a que en diciembre de ese mismo año el partido liberal ascendiera al gobierno.
Más adelante, fue dos veces presidente, por 60 días entre 1910 – 1911, saliendo del cargo obligado a ello por el mayor Albino Jara, y de nuevo en 1920 asumió el cargo por solo un año y medio por el Coronel Adolfo Chirife y Eduardo Schaerer. Gondra no luchaba por el cargo, pero él dejó al país, en ambos casos a merced de los mayores conflictos.
Por sus escasos recursos quiso ser agrimensor, título obtenido en 1889. En 1924 fue designado para investigar en los Archivos Argentinos sobre el problema del Chaco con Bolivia.
GONDRA Y EL DERECHO INTERNACIONAL
Gondra fue un punto muy alto del derecho internacional, tanto por el Paraguay como el mundo y los exponemos en estos antecedentes.
En 1859 un nuevo grave conflicto surgió entre la Confederación Argentina (antecesora de la República Argentina) con capital en Paraná y la alzada provincia de Buenos Aires con capital en ese centro portuario. Al suscitarse ese repetido problema el Gobierno paraguayo presidido por don Carlos Antonio López procedió a ofrecer sus servicios de mediador en ese conflicto, a cuyo efecto comisionó a su hijo el entonces general Francisco Solano López a constituirse ante los litigantes armados en guerra. El Gral. López viajó en el buque Tacuary. Después de una serie de dificultades y aún de luchas militares, fue aceptada su mediación por ambas partes y sostuvo el Acuerdo de San José de Flores de ese mismo año, que es un punto muy alto de la posición internacional del Paraguay, pero no tal vez ajustada a la geopolítica de nuestro país.
Al concluir su misión y querer volver a Asunción, el Gral. López, con el Tacuary, encontró que en aguas jurisdiccionales argentinas había dos cañoneras inglesas bloqueándole el paso. Ocurre que por problemas de conspiración contra el gobierno paraguayo, entre otros, había sido detenido el oriental-británico Canstand, cuya libertad había exigido el cónsul británico en nuestro país, en Asunción, y negado esto se había retirado de la capital bajo protesta, como respuesta a ellos fue que el Gobierno británico hizo bloquear al buque paraguayo para exigir la libertad del detenido.
El Gral. López, reclamó ese hecho al Gobierno argentino por ser aguas de ese país donde se perpetraba el hecho, pero al no obtener ninguna respuesta, optó por dejar el buque Tacuary en las radas de Buenos Aires y volver por tierra hasta parte de la Argentina, donde tomó otro buque que le trajo a Asunción, la situación era pues delicada.
En Buenos Aires el general López había conocido al Dr. Carlos Calvo, notable jurista e internacionalista que había servido en Europa a los intereses de la Confederación Argentina, y con mucho éxito; se hallaba de vuelta a su país de origen. El Gral. López recomendó a su padre, a Carlos A. López, para solucionar en Londres (Gran Bretaña) este problema. Carlos Calvo se trasladó a Asunción y fue munido de las plenipotencias e instrucciones correspondientes.
Al llegar Calvo a Londres el primer ministro se negó a recibirlo hasta que el detenido Canstand fuera liberado de su detención y que ínterin ello no ocurriera no sería reconocida su carta de representación.
Ante esta firme e imperativa posición del Gobierno británico Carlos Calvo se trasladó a París, capital del Derecho Internacional, donde trató con juristas y varios internacionalistas y aún con miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores. Todos le pusieron por escrito su firme interpretación “que si no había estado de guerra debería haber reconocimiento de las cartas credenciales y poderse luego negociar en plano de igualdad las circunstancias ocurridas”. Ante la claridad del hecho, el Gobierno británico desistió de su anterior posición y reconoció la personería del Dr. Calvo y las negociaciones se iniciaron. Canstand fue liberado y el asunto concluyó por la habilidad del Dr. Calvo que creó la base de la doctrina que lleva su nombre y que consiste en que: “Se debe negociar en un plano de igualdad y reconociéndose la personería jurídica de los recurrentes”.
Parecía ridículo, pero esto era entonces un avance del manejo del derecho internacional o de gentes, como entonces se le denominaba. Está doctrina, llamada en ese concepto era el principio del reanudar la relación, para poder negociar de igual a igual.
Otro gran avance del derecho internacional fue el que ocurre en 1902. Ese año buques alemanes, italianos e ingleses bloquearon las costa de Venezuela, queriendo obligarla a reconocer deudas de súbditos y también ante los gobiernos bloqueantes por Venezuela, EEUU, no dijo absolutamente nada, porque ellos mismos hacían lo mismo en el Caribe.
La que reaccionó fue la Argentina, cuna y cumbre de grandes analistas en temas internacionales. En este caso fue el ministro de Relaciones Internacionales, Luis María Drago, quien pidió a los países americanos y países neutrales su posicionamiento ante este intento de expolio. La posición argentina fue bien recibida, y obtuvo al año (1903) resultado positivo, y así fue levantado el bloqueo de los ya citados países, quienes retiraron sus buques de guerra. La doctrina pues sostenía que no se cobraban cuentas públicas o privadas por acto de guerra y fuerza.
Gondra, destacado lector y como se dijo era poseedor de valiosos textos sobre hechos internacionales. Así, cuando en 1917, EEUU declaró la guerra al imperio alemán en la Primera Guerra Mundial (1914/1918), el país del norte pidió a la declaración de guerra de los países del continente americano al citado imperio. El Gobierno paraguayo, al recibir el pedido, encargó a Manuel Gondra a respuesta al Secretario de Estado de Norteamérica, cosa que este efectuó, y justificó la permanencia de la neutralidad paraguaya en esa guerra, pese a que varios países, como Brasil se unieron a la guerra contra Alemania. La nota breve y escueta, tenía la impronta de las cosas de Manuel Gondra, elegante escrito, preciso y bien justificada. El Paraguay dio su apoyo moral, pero se mantuvo neutral.
La Unión Panamericana, se había reunido en 1906, en Brasil, Río de Janeiro, en 1910 en Buenos Aires, Argentina. En 1914 no hubo reunión por el estallido de la Primera Guerra Mundial, igual y por el mismo motivo tampoco en 1918.
Pero en 1923, fue realizada la reunión en Santiago de Chile, abriéndose esta el 23 de marzo, siendo el presidente el Dr. Arturo Alessandri. Participan Venezuela, Panamá, EEUU, Uruguay, Ecuador, Chile, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, El Salvador, Colombia, Cuba, Rca. Dominicana, Honduras, Argentina y Haiti: 18 países en total.
Por citar a algunos representantes, presentes en esta reunión, menciono, de EEUU a Frank Kellog que en poco tiempo incidirá en temas internacionales europeos, en el acuerdo Briand-Kellog sobre la deuda alemana a los países aliados europeos ante Alemania. Colombia a Guillermo Valencia, ilustre escritor. Uruguay a Eugen Martínez Thedy, que tendrá incidencia en las negociaciones sobre el Chaco (1932-1938), Brasil a Afranio de Mello Franco, con igual virtud. El Paraguay, designó como presidente de la delegación a Manuel Gondra y como secretario a Higinio Arbo.
En esta reunión de estados panamericanos se resolvieron temas importantes: Jerarquizamiento de los derechos de las mujeres, y énfasis en las marcas de fábricas y nombres comerciales. Pero el punto más alto de esa reunión de estados americanos fue la aprobación del Pacto o Convenio Gondra; llamado: “Tratado para evitar la guerra o eludir el conflicto entre los estados americanos”. Era la misión de Manuel Gondra que preveía la guerra del Chaco, y quería interviniera el principio de la paz negociada y que tuviera a los países signatarios de esa norma de conducta en la continuación mejorada de las doctrinas anteriores.
Manuel Gondra sirvió al país con su cultura, su decoro y con aportes al derecho internacional, como la citada convención o Pacto Gondra, punto muy elevado de nuestro derecho, capítulo que bien pudo haberse recordado en el centenario de este importante hecho. Falleció en 1927, muy joven aún, pero es, sin duda alguna, uno de los paraguayos más dignos que habitó esta tierra.