27 jun. 2024

Marilyn Godoy: “La mujer campesina es la más golpeada”

Recientemente se presentó el libro “Indígenas, vasallas y campesinas”, un análisis rico en matices sobre la condición de la mujer desde la etapa precolombina hasta la actualidad.

correo semanal

Tapa del Correo Semanal

Por Antonio V. Pecci | apecci@uhora.com.py

Elizabeth Burgos, que fuera directora de Cultura de la Maison de la Amérique Latina de París, escribe en el prólogo del libro lo poco que es conocido el Paraguay en el exterior. Como muy lejanas se mencionan las dos grandes guerras que ha sufrido, donde pereció la mayor parte de la población masculina. Y plantea: ‘A nadie se le ocurre indagar cómo se las ingeniaron las mujeres -porque tienen que haber sido ellas- para que la vida, la economía, la cultura, el país, lograran subsistir.’ Marilyn Godoy hace un buceo en profundidad sobre los tres tiempos históricos: el prehispánico, el de la Colonia y el de la etapa independiente del país, con una visión comparativa y analítica de cómo fue evolucionado el rol y la condición de la mujer. Un papel que está considerado desde el punto de vista de sus ciclos de vida y en relación directa con la fecundidad y la maternidad. Psicóloga por la UCA, la autora es Master y Doctora en Ciencias Sociales por la Escuela de Altos Estudios de Paris, con varios títulos publicados en torno a ésta temática. En la doble dimensión de lo introspectivo y lo histórico. Luego de 16 años se reedita éste material en la colección ‘Kuña Reko’ que impulsan el Ministerio de la Mujer y la editorial Servilibro.

Un diálogo en profundidad con una intelectual que considera antidemocrática ésta sociedad mientras la mujer siga sometida.

En sus palabras

Acerca del tiempo que le demandó la investigación culminada en los años 80, nos manifiesta Marilyn Godoy (Asunción, 1946): “Es difícil determinar el tiempo justo. Lo realicé por etapas, en mis vacaciones de veranos, inviernos aquí, en que venía”, ya que estudiaba en París en dicha época. “Pero se podría decir que el trabajo de campo me llevó seis meses; en cuanto a la investigación teórica, varios años, unos tres con seguridad; elaborar la bibliografía fue una labor de investigación en sí. Entonces no existía casi nada sobre la mujer paraguaya, además de las dificultades que significaba una investigación en 1975. Era un contexto poco sensible a los problemas femeninos en aquella sociedad en que manifestar una inquietud por la igualdad de género era ir contra la corriente de la sociedad y sus tradiciones”. Nos señala que realizar la labor en solitario era casi imposible, “significaba un desafío político que no hubiese podido realizar sin la ayuda de unos amigos investigadores. Cuando no se trata de un estudio estadístico o de realizar entrevistas con una visión clara en cuanto al tema de investigación, se pueden emplear encuestadores. El trabajo de campo es sencillo una vez que se tienen los conceptos teóricos bien elaborados. En este caso y para esta labor, no contaba con la ayuda de nadie, salvo para mis desplazamientos. Pero los encuentros los realizaba sola y expuesta social, cultural y políticamente a una sociedad autoritaria y falócrata, donde la mujer que manifestaba inquietudes hacia problemas sociales, menos aún femeninos, resultaba subversiva. Me sentí excluida y aislada; salvo muy contadas personas que escucharon mis inquietudes, las demás —y, por supuesto, muchas eran mujeres— no entendían mis inquietudes”, señala.

—¿Cuáles son las diferencias más notorias de la situación de la mujer precolombina y la de la Colonia?

—Las relaciones sociales entre la mujer y el hombre antes de la Conquista se basaban en un orden simbólico y real, basado en una jerarquía de valores legitimados por el discurso ideológico que contenían las creencias y los mitos. Con manifestaciones en el cuerpo y el espacio, y hasta en la forma de hablar. Fundamentalmente, las relaciones entre los sexos no eran de dominación y no afectaban al conjunto de la sociedad. El nivel de desarrollo de la producción de la sociedad colonial desarrolló las condiciones para generar las relaciones de explotación. La sociedad colonial estructura las diferencias sociales y sexuales con la apropiación del trabajo del indígena y hasta de la sexualidad de la mujer. La misma sufre una doble opresión: económica y sexual. El trabajo asalariado desarrolló el trabajo individual en contra del colectivo y únicamente favoreció al hombre, y la mujer no recibía pago por ningún trabajo realizado, lo cual desarrolló la dependencia hacia el hombre. El grupo doméstico cambia de función dentro de la familia cristiana, y las funciones políticas, económicas y religiosas abarcan otros campos de acción, reduciendo la familia a las domésticas. El modelo de unión que defiende la Iglesia, el casamiento religioso en contra de la unión libre, y la monogamia, impuestos en la mujer y tolerados en el hombre, están basados en la ortodoxia de las leyes escritas que resultan rígidas y conducen a un tipo de sexualidad condenado al miedo y el secreto. El deseo es algo prohibido y el placer físico, negado. El deber de esposa y madre pasa por encima de todo deseo de felicidad de la mujer. El paso de la sociedad indígena a la europea contradice los lazos de parentesco y la conciencia de linaje. Y el cambio de la concepción física del mundo convierte a la mujer en puro valor económico. La pretensión de querer subordinar la sexualidad dentro de la concepción cristiana de las relaciones amorosas y convertir la vida sexual a base de teorías espirituales, resultó un fracaso.

La mujer campesina

—En cuanto a la mujer campesina en la década del 70, ¿cuáles son los rasgos característicos?

—Cuando me refiero a la mujer campesina, me refiero a una condición de vida particular ligada a la tierra. La característica del grupo doméstico campesino varía de la familia nuclear: madre, padre e hijos, y está compuesta de un grupo extenso de familiares y allegados. El trabajo se organiza en cooperación con todos los miembros, que en la actualidad se separan y dispersan a causa de la explosión demográfica, que les obliga a cambiar de ocupación, romper la unión y separarse de su grupo, acercándose a los suburbios de las ciudades. La composición del grupo está en relación directa con su seguridad material, la capacidad de las actividades económicas determina la composición del grupo.

Así escribe

Atenta lectora de los investigadores modernos en su larga estancia en París, el libro es un repaso al pensamiento de Morgan, Levi-Strauss, Freud, Lacan, es decir, antropología y sicoanálisis. Pero junto a estas disciplinas la autora destaca el valor de la dimensión económica, basada en los estudios de Maurice Godelier, en la búsqueda de una identidad colectiva de la mujer paraguaya. Sobre la situación actual de este segmento social, su pensamiento es claro y no precisamente esperanzador para la mujer y los sectores populares:

“El cambio es irreversible. En la actualidad la mujer ha cambiado la idea sobre ella misma y ha aprendido a valerse por ella misma y a no depender del hombre para existir. El sexo ha dejado de ser un castigo y la mujer también busca el placer. La maternidad ya no es un obstáculo para la igualdad de derechos. Las conquistas requirieron tiempo y esfuerzo. Es una obra que no se ha terminado de escribir y aún está lejos de alcanzar el reconocimiento y el respeto; por el contrario, una gran amenaza significa la violencia que se ejerce contra ella. Fue la obra de algunas mujeres, pero el feminismo no es solo un asunto de mujeres, sino de toda la sociedad.

“No se trata de masculinizar a las mujeres, como se creyó en un principio, pero sí de hacer ver la necesidad de feminización a los hombres, de la aceptación de la condición del ser humano en su integridad, de pertenecer a una cultura basada más en la colaboración que en la competencia, más plural que individual, más humana que salvaje”.

Condiciones determinantes

“En concreto, se debe hablar de mujer campesina teniendo en cuenta el desarrollo de la sociedad agraria, pero hay que acotar que este país tiene el más alto grado de concentración de la tierra en el continente sudamericano y, en consecuencia, es responsable de la desigualdad más injusta. En esta situación las mujeres campesinas son las más golpeadas. Se encuentran muy desprotegidas, sin ayudas sociales, sueldos ni pensiones, sin indemnizaciones por el trabajo, número de hijos, incapacidad física; les falta asistencia médica; y en caso de que el hombre sea el asegurado, no cubre a la mujer cuando se trata de concubinato. No existe asistencia para tratamientos psicológicos o asistencia y protección a la mujer maltratada... No se puede cambiar de política si se consideran los problemas sociales y económicos por separado. Existe una abundancia que ha servido para mejorar las condiciones de vida del país, pero en realidad llevó a la felicidad a muy pocos; en tanto, la quimera del bienestar arrastró a la mayoría”.

La mujer, ayer y hoy

Este nuevo libro de la Colección Kuña Reko (Modo de Vida de la Mujer), editado en conjunto por el Ministerio de la Mujer y Editorial Servilibro, es el sexto volumen de una novedosa y necesaria colección que analiza la situación de la mujer en nuestro país en distintos periodos. Los últimos volúmenes han sido Mujeres de armas tomar, de la investigadora española Mar Langa, y Movimiento feminista paraguayo, de Graziella Corvalán, estudiosa local.

El presente volumen abarca tres momentos: el de la vida indígena precolonial, el de la mujer en la Colonia y la condición de la mujer campesina en la década de 1970, con reveladores datos.

Más contenido de esta sección
El comisario William Olmedo, jefe de división en el departamento policial de Antisecuestro, lanzará el próximo 4 de julio su novela “La última colina” basada en hechos ocurridos durante la Guerra de la Triple Alianza. Destacó su obra como un aporte para recuperar la “identidad nacional”.
El Festival Internacional de la Bioceánica fue el broche de oro que cerró el V Foro de Territorios Subnacionales del Corredor Bioceánico, en Carmelo Peralta, Departamento de Alto Paraguay, Chaco.
Desde el lunes, con el diario Última Hora, llega la primera entrega de los fascículos coleccionables denominados Las dulces tentaciones de María Liz, ganadora de MasterChef Paraguay en 2018.
La multinacional Sony Music está en negociaciones para comprar el catálogo de la música de la famosa banda de rock británica Queen por USD 1.270 millones, un acuerdo que no incluye los derechos sobre las presentaciones que aún hacen miembros del grupo, según trascendió a los medios.
La reconocida escritora Irina Ráfols lanza un nuevo libro, titulado Encuentros Cercanos, este sábado, a las 19:00, en la Manzana de la Ribera.
Donald Sutherland, el ecléctico actor conocido por sus papeles en Los doce del patíbulo y Los juegos del hambre, murió a los 88 años, anunció el jueves su hijo Kiefer Sutherland.