En su discurso ante el plenario de la Celac este martes en Buenos Aires, Argentina, el mandatario paraguayo Mario Abdo Benitez pidió un “diálogo sincero” y recordó que “así como” preocupan los hechos de violencia ocurridos en Perú y en Brasil, “también” inquieta el "éxodo masivo” de Venezuela.
“No podemos mirar a un lado, cuando más de siete millones de venezolanos han abandonado sus hogares pidiendo refugio” en la región, recordó el presidente paraguayo en la que fue su última intervención en este foro, ya que este año termina su mandato. Además, Benítez recordó que, según ACNUR, la migración venezolana es la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud en el mundo, después de la siria.
La alocución del mandatario fue difundida por las redes sociales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay, ya que las sesiones se celebran a puerta cerrada.
Los preparativos de esta cumbre han estado marcados por la polémica en Argentina, ya que la oposición al Gobierno de Alberto Fernández denunció las violaciones a los derechos humanos del presidente venezolano Nicolás Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega.
Finalmente, de los tres líderes solo Díaz-Canel asiste al foro, que se desarrolla entre fuertes medidas de seguridad debido a las protestas de manifestantes, mientras que Maduro canceló su viaje a última hora.
Tanto el presidente argentino como su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva —de vuelta a la Celac después de que su antecesor, Jair Bolsonaro, retirase a Brasil en 2020 justamente por la presencia de esos países— abogaron por el fortalecimiento de la integración regional en un ambiente de diversidad y diálogo.
Mario Abdo Benítez también quiso “reforzar una idea” que, dijo, “debería ser la piedra angular de cualquier proceso integracionista”.
El presidente paraguayo destacó que “la democracia, como sistema de gobierno, si bien se inicia con elecciones libres, periódicas y transparentes, no culmina ahí".
“El verdadero desafío —dijo— es ejercer el poder garantizando la pluralidad política, la dignidad humana, la libertad de expresión, el respeto al estado de derecho, la separación y la independencia de los poderes”.
Por último, Benítez pidió que se constituya en un “espacio sincero de integración y no de intromisión”, porque Paraguay, sostuvo, cree en una “integración en la que se respete la democracia y se respeten los derechos humanos”.