El 31 de marzo del 2017 se escribió un nuevo episodio sangriento en la historia democrática del Paraguay. En la antesala de unas elecciones generales, los colorados afines a Horacio Cartes, y con apoyo del Frente Guasu, intentaron forzar la reelección presidencial.
Ambos sectores políticos se unieron para incluir esa figura por la vía de la enmienda constitucional, un hecho que fue calificado por varios sectores y renombrados juristas como inconstitucional. Señalaron que el camino correcto era por medio de un referéndum.
Ese hecho provocó una movilización ciudadana que se autoconvocó en las plazas adyacentes al Congreso Nacional. La jornada de manifestación se volvió violenta y terminó con la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana, cuya vida fue arrebatada por policías que irrumpieron la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
“Yo fui protagonista de ese día. Estuve dentro del Congreso. Se puso a prueba la democracia paraguaya y la institucionalidad de la República”, afirmó este lunes el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, al ser consultado sobre el tema en la Dirección de Aduanas.
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El mandatario fue categórico al afirmar que aquel evento trágico se produjo debido “a las ambiciones desmedidas e ilegítimas” de dos sectores políticos que buscaban la reelección de Horacio Cartes y Fernando Lugo.
“Ellos hicieron acuerdos que derivaron en el luto e intento de destrucción de la institucionalidad de la República y en la quema de un símbolo de la democracia y de la representación que es el Congreso Nacional”, sostuvo.
El jefe de Estado abogó para que ese episodio sangriento sirva para no volver a repetir una situación similar y así también fortalecer la conciencia democrática en el país y que “nadie puede estar por encima de la ley”.
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Abdo destaca los diálogos en su gestión
El mes de marzo representa un periodo de protestas y reclamos de varios sectores, principalmente de los campesinos. Así como en el 2017 se vivió un momento trágico, lo mismo ocurrió en 1991, tras el magnicidio del vicepresidente Luis María Argaña.
Al respecto, Mario Abdo Benítez destacó que durante su administración “prácticamente” no hubo violencia en las diferentes marchas, movilizaciones o protestas.
“Vi una gran madurez por parte de todos los sectores. Cada uno reclama lo que considera justo. El Gobierno siempre tuvo la puerta abierta y abrimos una mesa de diálogo en todos los casos. Siempre buscamos los diálogos y culminar con acuerdos”, expresó.