Mario Abdo Benítez llegó al Vaticano acompañado por una numerosa delegación de 17 personas, entre quienes se encontraban el canciller, Luis Alberto Castiglioni, la esposa de Benítez, Silvana López Moreira, y tres hijos del matrimonio presidencial.
El mandatario llegó al Vaticano cargado de regalos para el pontífice y le donó un trono papal, una bandeja con chipa, los típicos panecillos de mandioca, y el libro La flecha y la cruz, de Efraín Enriquéz Gamón.
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También le entregó una caja de bombillas de mate en plata y un cuadro que simbolizaba la Sagrada Familia que cruza un río, ante lo que Benítez recordó al Papa que Paraguay está viviendo un periodo de inundaciones.
Otro de los regalos fue una carpeta con el proyecto de una capilla en La Costanera de Asunción dedicada a la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado, conocida como la Chiquitunga y que es uno de los proyectos de la primera dama.
“Ojalá pueda venir a inaugurarla”, invitó el mandatario a Francisco, quien ya estuvo en el país en julio de 2015.
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Por su parte, el Papa le entregó a Benítez un cuadro que representaba la basílica de San Pedro en 1620 y los cuatro libros que ha escrito durante su pontificado.
Además de un medallón de bronce del que dijo espera que le inspire a trabajar “por la paz y la unidad”.
Tras la audiencia con el pontífice, Abdo Benítez acudió a la reunión con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolín, y posteriormente está previsto que se encuentre con el presidente italiano, Sergio Mattarella.
Por su parte, la primera dama acudirá a la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y al hospital Bambingesu del Vaticano