El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, viajó este viernes Montevideo, Uruguay, para participar de la inauguración de la sede restaurada de la embajada paraguaya, cuyo edificio pertenece al Estado.
En la ocasión, el encargado de negocios, Juan Radice Schmidbauer, entregó al mandatario la carta original que alumnos de la Escuela Pública N° 66 Ciudad del Plata, del departamento de San José, enviaron a nuestra embajada para pedir disculpas al pueblo paraguayo por la intervención de Uruguay en la Guerra de la Triple Alianza.
El escrito inicia con una expresión de disconformidad “con el tristísimo hecho histórico que tuvo a Uruguay como vil protagonista”.
“En la clase de historia, estudiando el tema de guerras mundiales, nos preguntamos si Uruguay habría participado en algún conflicto bélico internacional luego de instaurada la República. Para nuestra sorpresa, descubrimos que habíamos sido participes de la llamada Guerra de la Triple Alianza”, mencionaron.
Seguidamente, indicaron que “movidos por la empatía hacia los miles de hombres, mujeres y niños que dejaron su vida en esa lucha”, tomaron la decisión de contactar con el diplomático paraguayo “a fin de pedir las disculpas del caso a los hermanos paraguayos y expresar el más sincero respeto”.
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El cruel enfrentamiento bélico registrado entre los años 1864 y 1870, enfrentó a Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay.
Durante el acto de inauguración, los alumnos de la Escuela 51, República del Paraguay, donde se imparte clases de guaraní, interpretó un popurrí de canciones en el idioma nativo.
El acto contó, además, con la participación del presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, quien junto con Mario Abdo Benítez procedió al corte de la cinta inaugural en la sede diplomática.
Paredes de ñandutí
La sede de la embajada del Paraguay fue revestida con tejidos de ñandutí en el marco de los trabajos de recuperación y restauración de la estructura que pertenece al Estado paraguayo.
La confección de los telares de ñandutí estuvo a cargo de 30 artesanas, quienes diseñaron y tejieron unas 70 piezas en los colores blanco, beige y arena, para luego realizar la unión de los paneles con las dimensiones necesarias.
El armado y montaje de las piezas de arte los realizaron de forma gratuita un grupo de compatriotas que residen en Uruguay. Ellas son Aída Raquel Bareiro, pedagoga y profesional de educación, y Myriam Leite, proveedora del fieltro que ofició de aislante térmico y acústico.
La construcción de la sede de la embajada data del año 1928. El inmueble es un patrimonio histórico, ubicado sobre el bulevar General Artigas 1191.