Salvo actos convocados por organizaciones de derechos humanos y de víctimas y familiares de víctimas de la dictadura, para el Gobierno no fue necesario prever acto alguno para conmemorar el inicio de la democracia, ni siquiera aludir al tema.
Sin embargo, Abdo Benítez no tuvo empacho en homenajear abiertamente en un acto oficial del Gobierno a un referente del régimen de Stroessner, como lo es el cuestionado ex ministro de Educación de la dictadura Carlos Ortiz Ramírez, a quien le entregó una distinción días atrás.
El hecho no sorprende, considerando el origen del jefe de Estado, pero sí preocupa, expresan referentes ciudadanos y representantes de organizaciones de la sociedad civil
Gregorio Gómez, de la Asociación Campesinos San Isidro del Jejuí, conformada por los sobrevivientes de la colonia del mismo nombre duramente atacada y desmantelada por las fuerzas de represión en 1975, dice que al presidente de la República solo le falta asumir y decir claramente “queremos de nuevo una dictadura al estilo Stroessner”. Y es que eso es lo que se deduce de sus actuaciones, pensamiento y expresiones. “Ese es el mensaje subliminal”, que caracteriza a su gestión, insiste.
Ignorar una fecha tan relevante, que significó un antes y un después, es un “desatino y un error de estrategia”, a criterio de Jorge Luis Talavera, consultor y asesor de organizaciones de la sociedad civil y ex fundador de Fundación En Alianza. Es lamentable, insiste, porque no se puede concebir como un tema personal que un hito histórico, como el fin de la dictadura y el advenimiento de la democracia, pueda afectar la sensibilidad del presidente, cuando se trata de un tema de Estado.
“Desde el 89, el 2 y 3 de febrero, es una fecha que trasciende las personas”, indicó. Pretender cubrirla con un manto de olvido es como, por ejemplo, evitar recordar la caída del Muro de Berlín para no afectar el pluralismo y la sensibilidad de unos y otros, según Talavera. “No podemos vivir como si no hubiera pasado nada”, reitera.
La ausencia de una conmemoración oficial es la confirmación que para este Gobierno el advenimiento de la libertad hace 31 años “no significa absolutamente nada”, opina Óscar Ayala Amarilla, de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy).
Para él es lógico que sea así. “Mario Abdo y su entorno político son los herederos de la tiranía, son quienes nunca lucharon por la libertad, por el contrario, son quienes junto a sus familias resultaron como los grandes beneficiados de la corrupción, la represión y la persecución de la época de Stroessner”.
En similares términos reflexiona Lilian Soto, activista de derechos humanos e investigadora, al analizar el tema y decir que los gestos del Gobierno con relación al 2 y 3 de febrero se condicen claramente con la persona de la cual proviene: “Mario Abdo es hijo, heredero y beneficiario de la dictadura de Stroessner, y, en consecuencia, es incapaz de reconocer todo el daño y el sufrimiento que causó ese régimen”.
Gregorio Gómez agrega que Marito tiene que ser sincero “y declararse claramente stronista”. De hecho, dice, tiene un discurso apenas entendible a favor de la democracia, “pero sus acciones y todo su actuar es contra el pueblo y pro dictadura”. En tal sentido, resaltó el acto del jueves cuando reivindicó a una de las figuras del stronismo en el acto del Ministerio de Educación. “Seguramente irá reivindicando a otros exponentes de esa época”, advierte.
Hechos como ese, agrega Jorge Talavera, reflejan el nivel de confusión en que se está. “Demuestra que estamos mal como país”, concluye.
EL GOBIERNO QUE DESPRECIA LA MEMORIA
20.000
torturados y 59 ejecutados extrajudicialmente, y más de 100.000 sufrieron represión policial.
450
desaparecidos y miles de exiliados también dejó la dictadura del general A. Stroessner, que duró 35 años.
Opiniones
“Es preocupante el stronismo vigente”
“Lo más preocupante es un inequívoco mensaje de que el stronismo sigue muy vigente, en múltiples manifestaciones de la vida cotidiana, como la educación y la cultura. Ámbitos degradados y pervertidos por la dictadura, de los que nuevamente somos testigos en la actualidad. Las miles de víctimas de la dictadura no son materia opinable”.
“Difícilmente se pueda transformar”
“Mientras el presidente Abdo Benítez no pueda analizar la dictadura y pedir disculpas por todo lo que sucedió en nuestro país durante ese tiempo, difícilmente se puedan idear las transformaciones que necesita la cultura política de nuestro país, y que hace tan difícil que podamos tener un horizonte que tenga en cuenta el pleno ejercicio de los DDHH”.
“Representa un desatino político”
“Mientras hay mucha gente que siga buscando los restos de su desaparecidos, el Gobierno celebra 50 años de libros escolares que representan lo peor de una dictadura: una educación para la sumisión. Encima, con la presencia de un ex ministro de Stroessner. Esto representa un desatino político, una confusión conceptual”.