El proceso estará a cargo de la primera sala del Tribunal de Apelación de Beni Melal, encargado de los crímenes más graves. Deberán juzgar a los 12 jóvenes por secuestrar, violar y torturar a Khadija, una adolescente marroquí de 17 años.
Según los investigadores, incluso habría más implicados que siguen sin ser atrapados por la Policía.
El líder de la banda está imputado por trata de personas, violación de una menor, formación de banda criminal, secuestro y torturas, entre otros cargos.
Los 11 cómplices están siendo perseguidos por varios delitos no precisados, además, por no denunciar un crimen y no prestar auxilio a una persona en peligro.
Khadija fue tatuada en todo su cuerpo con los nombres de sus captores y varios símbolos, también presenta rastros de quemaduras, además de las frecuentes violaciones.
El caso despertó una oleada de indignación en Marruecos y se crearon varios grupos en las redes sociales para recolectar fondos para su familia, que vive en la pobreza extrema, dijo Abdu.
Varios psicólogos y médicos se ofrecieron voluntariamente a asistir a la muchacha por las secuelas que puede sufrir en el futuro y para retirar los tatuajes de su piel.
Khdija vive en una localidad agrícola de Ulad Ayad. Relató que durante dos meses estuvo en cautiverio, retenida en un olivar en contra de su voluntad, drogada y “vendida” a quien quisiera violarla.