AFP
LAGOS - NIGERIA
El presidente electo de Nigeria, Muhamadu Buhari, admitió ayer que no puede prometer el rescate de las más de 200 niñas que siguen en paradero desconocido, un año después de que fueran secuestradas por los yihadistas de Boko Haram.
El secuestro, el 14 de abril de 2014, de 276 estudiantes de una escuela secundaria de Chibok, una pequeña ciudad en el noroeste de Nigeria, suscitó una ola de indignación en todo el mundo. Algunas pudieron escapar, pero 219 siguen desaparecidas.
“No sabemos si las niñas de Chibok pueden ser rescatadas. Su paradero sigue siendo desconocido. Por mucho que lo desee, no puedo prometer que las encontraremos”, dijo ayer en un comunicado el presidente electo, ganador en marzo de las presidenciales.
Dos mil mujeres. Amnistía Internacional recordó en un informe que el grupo también es responsable del secuestro de al menos 2.000 mujeres y niñas desde principios de 2014. Al menos 15.000 personas han muerto en los últimos seis años como consecuencia de la insurrección de Boko Haram y de su represión por parte del ejército.
En Abuya, la capital de Nigeria, se reunirá de nuevo este martes el movimiento #Bringbackourgirls (Devuelvan a nuestras niñas), que desde hace un año reclama cada día la liberación de las estudiantes.
En Lagos está prevista una ceremonia en una glorieta donde están inscritos los nombres de las desaparecidas.
Bodas forzadas. Según los responsables de la campaña #Bringbackourgirls, el Empire State Building de Nueva York se iluminó el martes por la noche de rojo y púrpura para simbolizar la lucha contra la violencia contra las mujeres. “Es maravilloso que el mundo se acuerde y mande el mensaje que no vamos a olvidarlas ni vamos a parar hasta que sepamos qué pasó con nuestras niñas”, dijo Habiba Balogun, una de las coordinadoras del movimiento.
Las niñas, que estaban en una institución católica, presuntamente fueron convertidas al islam y vendidas para casarse.
Personalidades de todo el mundo han dado su apoyo al movimiento #BringBackOurGirls, como la primera dama estadounidense Michelle Obama o la Nobel de la Paz paquistaní Malala.
El predecesor de Buhari, Goodluck Jonathan, intentó minimizar e incluso negar el secuestro y fue acusado de indiferencia sobre la suerte de las niñas. Esta cuestión, así como su incapacidad para hacer frente a la insurrección islamista que desde 2009 ha dejado miles de muertos en Nigeria, fueron determinantes en su derrota frente a Buhari en las presidenciales de marzo.