Antonio Rolin
ITAPÚA
La primera ronda de la fiesta carnavalesca más grande del país arrancó con el ingreso del Rey Momo Billy Gervasio, junto a las promotoras de las marcas auspiciantes, como ueno, y la presentación de la comparsa invitada Fussión Dance, de Luque. Luego se homenajepo en vida al profesor César Dubas, reconocido comunicador e incansable propulsor de esta tradición.
Luego ingresó al Sambódromo la carroza del club Radioparque, seguido de las comparsas de los clubes Universal y Nacional. Tras ellos hizo su presentación la carroza del club Sacachispas, como también la comparsa del club 22 de Septiembre, el Club Atlético San Juan y, por último, el club Pettirossi, que cerró la exitosa primera ronda de los corsos encarnacenos.
Despliegue. Las comparsas mostraron su poderío y grandeza, con espectaculares coreografías y coloridas comparsas que eran representadas por hermosas señoritas, que arrancaron suspiros y aplausos del bullicioso público que se hizo cita en la primera ronda, que estuvo cargada de ritmo, brillo, color y alegría.
Las carrozas, verdaderas obras de arte sobre ruedas, desfilaban majestuosas por la pasarela, reflejando la creatividad y el ingenio de sus creadores, que lograron resaltar los detalles con exuberantes decoraciones.
La diversidad cultural se hizo presente en cada comparsa, mostrando las tradiciones y costumbres que enriquecen al Carnaval de Encarnación, que una vez más demostró su conexión entre los participantes y el público, que vibró con cada presentación.
Exitosa. Los organizadores calificaron de exitosa la fiesta a juzgar por la cantidad de público. “No solo es una fiesta de música, danza y color, sino también una oportunidad para rendir homenaje en vida al profesor César Dubas, que, dedicó más de 20 años de su vida para mantener vivo nuestro carnaval”, expresó Eduardo Florentín, presidente de la Asociación Club de Clubes, organizadora del Carnaval.
Desde el primer momento, la magia se apoderó del ambiente, donde las comparsas con sus coloridos trajes, despampanantes figuras y coreografías enérgicas, cautivaron en la pasarela.
Los sonidos de la samba, el merengue y la cumbia se mezclaron con las ovaciones del público, creando una atmósfera de alegría desbordante en el Sambódromo.