El esperado reencuentro de los fieles con la actividad, que reúne cada año a miles de personas en San Ignacio, Misiones, se dio tras dos años de pandemia en los que no se pudo llevar adelante la procesión y acompañamiento de La Dolorosa, según informó la corresponsal de la zona, Vanessa Rodríguez.
Cada año, a lo largo de la procesión, se escucha el canto de los estacioneros, mientras que faroles, antorchas y velas de apepú se iluminan para dar paso a la Virgen de los Dolores, quien llega a la barraca junto a su hijo Jesús, quien se encuentra muerto y crucificado.
La actividad religiosa cumple 30 años y en esta ocasión trasladó su trayecto, ya que se empedró el viejo camino de tierra utilizado hasta llegar a la barraca y se llegará por primera vez hasta el templo de San Ignacio, tras un largo recorrido de 5 kilómetros que resulta dificultoso y cansador por la cantidad de personas y el estado en algunos puntos de los caminos vecinales.
La procesión se detuvo por un momento cuando se apagaron las velas de la Virgen, pero posteriormente continuó su trayecto, mientras que vecinos colocaron también imágenes, altares y velas por el paso.
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Los creyentes esperaron con mucha emoción la realización nuevamente de la actividad, que reúne a ciudadanos de distintas partes del país.
El artista Koki Ruiz, impulsor de esta popular actividad, había manifestado que toda la comunidad de San Ignacio está involucrada en la fabricación de las antorchas y candiles de apepu, para adornar el camino luminoso.
“En 30 años llegaremos por primera vez al templo principal. Antes hacíamos casi por separado y esta vez la Virgen de Los Dolores se encontrará con el Cristo de las Reducciones, que es una imagen muy apreciada. Ese Cristo esperará a la Virgen dentro del Templo”, había explicado Ruiz a Telefuturo.
La procesión está acompañada por antorchas y candiles durante todo el trayecto, además del canto de los estacioneros.
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La procesión de Tañarandy o de la Virgen de los Dolores por el Yvága Rape, se realiza desde el año 1992 en el distrito de San Ignacio, Departamento de Misiones.
Emotivo encuentro con la talla del Cristo
Tras la procesión con la imagen de la Virgen de los Dolores hasta su hijo Jesús, hubo un histórico encuentro con la imagen del Cristo de unos 400 años de antigüedad y que data de la época de las reducciones.
“El 25 de diciembre de 1609 se funda (la reducción) de San Ignacio Guasu y la plaza definitiva se formó a finales del siglo XVII. Probablemente, ya que no hay una certeza de la fecha exacta, la talla del Cristo crucificado (que se encuentra con la Virgen Dolorosa) sea de finales del siglo XVII e inicios del siglo XVIII. La serenidad y la paz que transmite la fisonomía del cuerpo de la talla de Cristo lo convierte en una pieza única de las reducciones (jesuíticas). Sería una de las tallas más bonitas del Paraguay”, comenta David Hernández, párroco de San Ignacio, Misiones.