En conferencia de prensa, el titular del Ministerio de Salud, Julio Mazzoleni, comunicó que existen problemas en la disponibilidad de medicamentos que se usan dentro de la Unidad de Terapia Intensiva en los hospitales públicos. Aseguró que esta situación es un fenómeno mundial.
Al respecto, comentó que son los relajantes musculares y ansiolíticos los que presentan un alto consumo desde hace unos cinco meses. Lamentó que familiares tengan que “tocar su bolsillo” para costear los medicamentos.
“El Midazolam tiene un aumento significativo casi un 70% de consumo en todo el sistema de Salud. Si nos restringimos solo a los hospitales respiratorios, el consumo es cinco a seis veces mayor en los últimos meses. Lo propio sucede con otros medicamentos como el Atracurio, un relajante muscular, aquí tenemos un consumo de casi cinco veces más respecto al medicamento”, precisó.
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Sin embargo, apuntó a que el problema de la falta de provisión se debe a que las compañías internacionales no pueden cumplir con la demanda y que esta situación se da a nivel regional.
“El problema de las compras de estos medicamentos, que se usan en UTI, es que no hay una oferta en el mercado, es decir, no se pueden conseguir con facilidad debido a que los proveedores internacionales, que también están viviendo una situación similar en los países de la región y en todo el mundo, tienen dificultades para poder proveer a nuestras compañías farmacéuticas”, argumentó.
Dijo que estas empresas farmacéuticas tienen contrato abierto con la cartera sanitaria, pero que estas no están pudiendo cumplir con esos contratos, incluso sujetos a multas y rescisiones de contratos.
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“Entonces, esto no pasa por cuestión de dinero, ni siquiera por proceso engorroso de compras públicas, pero pasa significativamente por un tema de la disponibilidad de los medicamentos”, insistió.
Explicó que no se puede comparar la disponibilidad de los fármacos en las farmacias con la disponibilidad en sistema público, ya que los volúmenes de uso son ampliamente superiores de lo que se usa en el sector privado.
“No solamente eso, hay un elemento adicional, incluso más importante, las empresas no quieren comprometerse con los llamados y contratos con Salud Pública porque son sujetos, precisamente, a acciones jurídicas en caso de incumplimiento, y con un mercado tan volátil, donde la provisión está muy arriesgada, las compañías no participan de ello”, reveló.
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Incluso, afirmó que varios llamados de estas drogas fueron declarados desiertos porque ninguna empresa se presentó. Agregó que hasta fueron obligados a acciones a nivel diplomático para tratar de conseguir algunos de estos medicamentos.
“También nos vimos obligados a trabajar con la sociedad científica a trabajar con los protocolos en Terapia Intensiva, tratando de obtener una diversificación de drogas de modo a que suframos lo menor posible”, manifestó.
Mazzoleni aseguró que en el caso de equipos biomédicos y de protección individual se “encuentran abarrotados en los parques sanitarios”. “El problema de estos medicamentos es regional y mundial por un mercado distorsionado por la altísima demanda”, enfatizó.
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El ministro mencionó que se hace todo el esfuerzo para que no falten los medicamentos y que si bien se puede gastar entre G. 40 a 42 millones en el sector público, ese monto se multiplica 10 veces más en el sector privado.
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