Mi nombre completo es Zulma Noemí Quiñónez Lezcano y soy licenciada en Educación Física y Deportes. Llevo 17 años ejerciendo esta profesión de árbitro. Empecé con este sueño desde los 21 años.
Mi primer partido fue en una escuelita de fútbol en la cancha de Sol de América de Villa Elisa, en una canchita de arena que ya no está.
La verdad, antes de dirigir mi primer partido, por más que haya sido en una escuelita de fútbol, la sensación que tuve fue miedo. Tenía mucho miedo porque era para mí un ambiente prácticamente desconocido. Me costó bastante y realmente valoré mucho el trabajo de los árbitros desde el primer día que entré a la cancha a dirigir un partido.
Con respecto a mi debut, puedo decir que la previa me costó mucho más que el partido en sí, de mi debut, porque se hizo muy larga.
Las designaciones fueron dadas el jueves y el partido recién era el lunes. Y manejar toda esa presión con todo lo que se generó fue un poco complejo, pero sí se pudo.
Yo también necesitaba un pequeño espacio, necesitaba estar conmigo misma. Entonces traté de cumplir con lo que pude, con la prensa, con todos. Después sí me di mi espacio, mi tiempo, traté de concentrarme y enfrentar esa situación que conlleva una responsabilidad bastante grande.
Creo que recién ahora puedo dimensionar todo lo que pasó y la repercusión que tuvo porque capaz en ese momento con la ansiedad y el nerviosismo del debut no lo pude dimensionar tanto como ahora.
La repercusión que tuvo fue bastante a nivel país. He recibido mensajes de todos lados y de todo el país prácticamente. Y eso me emociona bastante y realmente me da fuerzas a seguir creciendo, a seguir trabajando duro para que yo pueda seguir avanzando en esta profesión.
La verdad, en ese momento capaz, no dimensioné tanto lo que había generado la designación.
Obviamente que yo sabía que era algo muy grande para mi carrera, pero capaz le di más importancia a la responsabilidad que yo llevaba de salir bien en ese partido, de dar lo mejor, porque la verdad se generó una expectativa bastante grande y yo no podía defraudar.
Sabía que en vez de abrir puertas, yo con una mala actuación podría cerrarlas. Entonces me centré en eso también, no defraudar a la gente que confió en mí, a la comisión directiva que me dio su apoyo incondicional, todo el equipo humano que trabajó conmigo.
Yo me centré más en eso y me enfoqué en eso, en entrar a la cancha en ese momento. Yo estaba totalmente enfocada en esa responsabilidad.
Me sentí muy apoyada por todos mis compañeros, porque hay que considerar que ese partido yo no lo hice sola. Tuve el apoyo de todos mis compañeros y todos los que estuvieron conmigo ese día.
Tal vez se resaltó más mi trabajo como árbitro central, pero también me gustaría considerar eso, que no estaba sola y retribuir también todo ese logro que tuvimos ese día, de salir bien en ese partido, a todos mis compañeros que estuvieron conmigo.
Familia
El día que recibí la designación para mi debut, les llamé a mis padres y les comenté. Celebraron conmigo, se alegraron bastante.
Obviamente que ellos lo vivieron tal cual como yo lo viví, con mucha ansiedad, nerviosismo, también apoyándome en todo y queriendo que todo salga a la perfección, que todo salga bien, que sea un logro mío, que ese día nosotros salgamos de la mejor manera con todo mi equipo.
Desde el día que yo tomé la decisión de abrazar esta profesión siempre tuve el apoyo de mi familia. Siempre digo que ellos van a ser los únicos que te van a dar apoyo, que van a ser incondicionales.
Aunque hayas cometido el peor error de toda tu vida, los integrantes de tu familia van a ser incondicionales y los únicos que te van a apoyar en toda esta situación, en todo lo que es la carrera del arbitraje.
La preparación que yo tengo es prácticamente un entrenamiento integral. No basta solo con trabajar la parte física, sino que también hay que trabajar y entrenar otros aspectos, como la parte técnica, la parte sicológica, emocional, que para mí es muy importante en nuestra profesión.
También hago un entrenamiento específico con un preparador físico, yo trato de identificar mis debilidades y mejorar la capacidad en la cual de repente tengo que mejorar.
Entreno todos los días. Me levanto a las cuatro de la mañana. A las cinco salgo de mi casa, a las seis estoy entrenando con todos los compañeros en la práctica oficial.
Luego me doy una pausa y entreno de forma particular. Luego si de repente tengo charlas técnicas o me toca ir a consultar, me toca ir a hablar con la sicóloga o otros entrenamientos, tanto masaje como fisioterapia le dedico mi tiempo a eso. Prácticamente vivo para el arbitraje.
Tengo una característica que muchas veces yo no sé si es una virtud o es un defecto en mi carrera porque soy muy perfeccionista.
Soy muy exigente conmigo misma, quiero que todo sea perfecto. Sabemos que en el arbitraje eso no existe, la perfección no existe. Entonces, muchas veces cuando las cosas no salen como tienen que ser, me martirizo bastante, me estoy pegando constantemente y muchas veces eso no es saludable. Entonces yo digo que también tengo que trabajar sobre ese aspecto, tratar de saber sobrellevar esas situaciones cuando no salen.
Con respecto a mi debut, puedo decir que la previa me costó mucho más que el partido en sí, de mi debut, porque se hizo muy larga. La sensación que tuve fue de mucho miedo.
Sí, la verdad que sí hay bastante respeto. En ningún momento a mí nadie me faltó el respeto durante el partido, en los partidos que tuve.
Considero que eso es gracias a todo el proceso que se viene haciendo. Hay muchísimos de esos jugadores que cuando estuvieron haciendo las inferiores, ya muchas mujeres les habían dirigido un partido. Para ellos no es una novedad que una mujer entre a dirigirles un partido. Para muchos seguros que sí es la primera vez.
Me gustaría dejarle un mensaje a todas las chicas. Decirles que no se pongan límites, que ellas pueden lograr cosas que ni siquiera se imaginan, pero que la clave de todo eso es el trabajo. Que luchen por sus sueños y que trabajen día a día por las metas que se proponen.
Tengo un sueño por cumplir, me encantaría dirigir un partido internacional a nivel masculino alguna vez.
