Bajo el lema Dejá que la naturaleza te sorprenda, miembros de A Todo Pulmón Paraguay Respira y WWF-Paraguay, acompañados de Última Hora y Telefuturo, militares y guardaparques, realizaron una expedición para conocer el misterioso y cautivante ecosistema.
La actividad se realizó en coincidencia con el reciente tratamiento legislativo y rechazo del proyecto de ley que pretendía arriesgar la reserva para la explotación de hidrocarburos. Si bien la propuesta se archivó, sigue una amenaza para los recursos naturales, ya que los parlamentarios anunciaron la presentación de un nuevo documento similar.
El parque está compuesto por árboles nativos, el más característico es el samu’u o palo borracho, además de una riqueza en especies de cactus y formaciones vegetales de quebracho blanco, guayacán y palo santo, entre otras.
En cuanto a la fauna, si bien los animales no son avistados fácilmente, los más significativos que habitan en el lugar son el tagua o pecarí chaqueño, yaguareté, tapir, tiríka y puma, así como se refugian varias especies de aves.
Parque Agripino Enciso. En las inmediaciones de la ecorregión está asentado el Parque Nacional Teniente Agripino Enciso, con una extensión de 42.241 hectáreas y cuyas puertas están abiertas de 07:00 a 17:00, todos los fines de semana y feriados.
De acuerdo con lo que expuso José Gaspar Insaurralde, jefe de guardaparques de ambos sitios, tanto el Médanos como Agripino están abiertos al público, pero sugirió que los recorridos se realicen con acompañamiento.
El auténtico Yrendague. En el acceso a un estrecho camino frente al destacamento militar Eugenio A. Garay, un cartel indica la entrada al Yrendague, un sitio que cuenta con varios tajamares que aportan un toque único a la impresionante estética natural y vegetación del lugar.
Apostado frente a una de las nacientes y mientras los pájaros bailoteaban alrededor, Insaurralde explicó que la importancia del sitio radica en que, durante la Guerra del Chaco, los bolivianos querían ocuparlo, pero finalmente quedó bajo nuestro dominio.
Picada de la Desesperación. Al igual que el Yrendague, dentro del parque también se encuentra la famosa Picada de la Desesperación, un sendero por el cual más de 4.000 soldados del vecino país murieron de sed.
Armando Agüero, comandante de la Base Aérea Nueva Asunción, recordó que se trata de un atajo que era usado por los bolivianos para hacer llegar suministros a sus tropas.
Agüero señaló que el espacio puede ser visitado, pero aclaró que debe ser con aviso previo y acompañamiento de guardaparques o militares, ya que es un tramo tupido y concurrido por animales.
En ese sentido, durante su travesía, los ambientalistas encontraron varias huellas de felino, que aparentemente corresponden a pisadas recientes de un yaguareté.
En el lugar aún permanecen algunos vestigios de la contienda militar contra Bolivia, como restos de vehículos, tambores de combustibles y viejos proyectiles. Justamente, dos antiguas balas también fueron encontradas durante el trayecto, aunque aún queda determinar si efectivamente pertenecen a la época de la Guerra del Chaco.
Comunidad indígena Pykasu. Dentro del imponente parque residen algunas comunidades indígenas que lograron la certificación de sus bosques, entre las cuales, está la denominada Pykasu. Se trata de un pueblo compuesto por cerca de 250 familias y derivan de la etnia Guaraní Ñandéva.
El estilo de vida de estos nativos es tradicional, están estrechamente ligados a la naturaleza, viven de la caza, la pesca y la agricultura. Son considerados los guardianes del parque y trabajan en conjunto con las autoridades para proteger la biodiversidad de la zona.
La comunidad Pykasu fue una de las principales impulsoras del rechazo del proyecto de ley que pretendía permitir la explotación de hidrocarburos en el territorio.
Expedición. En una entrevista con Última Hora, Osvaldo Turlan, director de A Todo Pulmón, explicó que el objetivo de la excursión fue dar a conocer el grandioso ecosistema natural, principalmente, para concienciar sobre la importancia de la protección y conservación de los parques nacionales.
Resaltó que, en definitiva, visitar el Parque Nacional Médanos del Chaco es una de las mejores formas de aventurarse en la naturaleza, ante el clima, el paisaje, las plantas, los indígenas, los insectos, las dunas y todos los espacios históricos que lo conforman.
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El viaje también se realizó como actividad previa a la campaña Colosos de la Tierra, en su 12ª edición, un concurso en el cual la población puede postular a árboles nativos de su comunidad. Este año, la actividad tendrá nuevas categorías, con enfoque hacia la protección de los bosques y áreas protegidas.
Para inscribir a su coloso, los interesados podrán hacerlo hasta el 11 de julio próximo, ingresando a la página web atodopulmon.org/ o a través de las redes sociales de la organización.