En el marco del Osteoporosis Summit que se realizó en Cancún, en el estado mexicano de Quintana Roo, sureste de México, el doctor, quien actualmente es jefe del servicio de reumatología en la división de medicina interna del Hospital Civil Dr. Juan I. Menchaca de la Ciudad de México, detalló que “muchos pacientes que se fracturaron una primera vez no son tratados porque ni siquiera conocían que estaban en riesgo”.
“Mucha gente no sabe (que padece osteoporosis) porque puede no tener dolor pero empieza a encorvarse, empieza a perder estatura. Entonces esa paciente (dicha enfermedad tiene mucha mayor incidencia en mujeres) va al médico quizás por dolor de espalda, pero tal vez ya tenga varias vértebras rotas”, compartió.
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En México una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis y solo el 20% lo sabe. El 17% de las mujeres posmenopáusicas en México tienen osteoporosis. Mientras que uno de cada cinco hombres padece osteoporosis.
Para 2050, se prevé que el 37% de los mexicanos mayores de 50 años padezca osteoporosis.
Un paciente con alto riesgo de fractura es aquel que ya haya tenido una ruptura previa y que esté diagnosticado a través de una densitometría ósea, una prueba para determinar la densidad mineral de los huesos.
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Además, también suma riesgo de padecer otras enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertiroidismo o enfermedades inflamatorias como artritis reumatoide o lupus, entre otras.
Del mismo modo, puede afectar negativamente el uso de medicamentos que contengan corticoesteroides.
Las fracturas habituales de la osteoporosis son las de muñeca, vertebrales o de cadera.
Enfermedad secundaria
“Cuando se determina que un paciente está en alto riesgo de fractura lo primero es evaluar si es una enfermedad secundaria o primaria. Si es secundaria, hay que tratar de base la primaria y usar el mejor esquema de tratamiento”, expuso.
El porcentaje más grande de pacientes con osteoporosis no la padece como enfermedad primaria, sino que en la mayoría tiende a ser enfermedad secundaria. Pero, aún así, en muchos casos recibe tratamiento para la osteoporosis en lugar de para la enfermedad primaria que lo llevó a disminuir su masa ósea.
Anteriormente, las alternativas en los tratamientos eran pocos, pero con la llegada de los osteoformadores, de los fármacos que fabrican hueso, se vio la posibilidad ya no de elegir uno u otro sino de llevar una secuencia de tratamientos que combine aquellos que forman hueso con los que evitan que se reabsorba esta creación.
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En el Osteoporosis Summit, la compañía biotecnológica Amgen presentó Romosozumab, un tratamiento para la osteoporosis que representa un nuevo horizonte para los pacientes con muy alto riesgo de fractura.
A pesar de la alta prevalencia de la enfermedad y de la gravedad de la misma, todavía muchas personas permanecen sin diagnóstico y, además, la mayor parte de la población no asume que puede padecerla.
Por eso, dijo Ávila, es fundamental intensificar las campañas de información y promoción en general a toda la población, pero especialmente a las mujeres posmenopáusicas, que son el grupo más afectado.
“Los estudios de detección son sencillos, mucho más que una mamografía. La densitometría es un estudio fácil, rápido y no es costoso, no genera radiación, por lo tanto hay mayor facilidad de obtener un diagnostico claro”, aseguró el reumatólogo.
Además, advirtió que, aunque por el momento la población no siente el miedo a esta enfermedad, “lo va a sentir”, porque la pirámide poblacional en México va a cambiar y los pronósticos para 2050 “son aterradores”.