Del mismo modo, exhortan a los parlamentarios a poner en primer lugar la necesidad de la gente y no anteponer sus privilegios.
Los médicos no pudieron ocultar su indignación ante el autoaumento salarial de los parlamentarios, en medio de las necesidades más urgentes en salud pública.
Esta situación de carencia hace que el personal de salud en el Hospital Acosta Ñu se vea obligada a vender pan dulces para costear insumos.
Según expresó el doctor Diego Gamarra, del Hospital de Acosta Ñu a Radio Monumental AM, el citado hospital necesita los insumos más básicos.
“Faltan muchas cosas en diferentes momentos, al principio de la semana faltaban guantes, faltaban antitérmicos que en un hospital pediátrico es un insumo de uso común”, comentó el médico.
Además, algunos medicamentos como antibióticos, así como otros insumos que están relacionados a las actividades que realizan, citando el área cardiológica, propia en el ámbito pediátrico, al igual que los cateterismos y las cirugías cardíacas.
Agregó que para costear las necesidades de los pacientes, aparte de la venta de pan dulce, ofrecen peluches, souvenirs y todo cuanto se precisa para comprar los insumos.
El médico se despachó e hizo suya la indignación de mucha gente que confió en quiénes hoy gobiernan, muchos de los cuales están en el Parlamento actualmente.
“Causa indignación porque uno espera de sus autoridades que pongan en primer lugar a su gente y hay un grupo en este momento político que parece no tener empacho en enseñorear que ubica los problemas en torno a sus propios privilegios y se olvida de su gente”, apuntó.
Privilegio. La aguda crítica realizada por el médico es en referencia a que ayer los senadores confirmaban un importante aumento para los legisladores en el estudio del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2025.
Reajuste. En contrapartida, los médicos, que en dicho hospital reciben a pacientes provenientes de todo el país, no dan abasto y reclaman un reajuste. De hecho, el monto que reivindican es mínimo, de G. 1.100.000 por cada funcionario. En ese contexto, lamentan que desde hace 10 años el Estado los tiene prácticamente en el olvido.