El narcotraficante uruguayo, de 32 años, ha protagonizado fugas cinematográficas y puesto en jaque a los gobiernos de Uruguay, Bolivia y Paraguay, señala el medio DEF.
Agrega que desde la clandestinidad brinda entrevistas y transmite mensajes grabados con su celular.
Además de sus supuestos negocios con el narcotráfico, el cargo más grave que pesa sobre Sebastián Marset es la supuesta “autoría intelectual” del crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci.
El funcionario integraba la Unidad Especializada en Lucha contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico, y conducía distintas investigaciones sobre tráfico de droga y lavado de dinero, entre ellas la operación A Ultranza Py, que desmanteló una poderosa red delictiva en el país.
Recuerda que Pecci fue acribillado a balazos por sicarios en la playa colombiana de Barú en mayo de 2022.
Sin embargo, todavía no pesan cargos formales contra el narco uruguayo por estos hechos. Marset niega cualquier vínculo con ese asesinato.
El medio enfatiza que Marset es el hombre del momento en el submundo del crimen organizado.
Recuerda que sobre él pesa una orden de captura internacional de Interpol por su presunta participación en el tráfico de drogas hacia Europa. Contra él apuntó también el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien lo acusó de ser el “cerebro” del asesinato de Pecci.
DEF apunta que se lo sindica como capo del denominado Primer Cartel Uruguayo, también conocido por su sigla PCU, con vínculos muy estrechos con el Primeiro Comando da Capital (PCC) brasileño.
Sin embargo, pese a las alertas de las autoridades uruguayas, paraguayas y bolivianas, Marset sigue en la clandestinidad y se da el lujo de brindar entrevistas y grabarse con su celular. En ellas acusa a autoridades de los distintos países que le estarían brindando protección, y da pistas sobre una posible negociación para entregarse a la Justicia de su país a cambio de seguridad para su familia.
En los últimos cinco años, utilizando nombres falsos, el narco uruguayo no se privó de protagonizar una vida lujos.