En los portales de los principales medios informativos, así como en los canales de televisión, esta versión fue replicada y contrastada con la versión oficial del Gobierno argentino, que esta semana señaló que el tripulante no guardaba relación alguna con Al Quds, y que se trataba de un caso de homonimia.
“El capitán Gholamreza Ghasemi no es un homónimo. Se trata de una persona vinculada a Al Quds”, dijo Aquino a la AFP, en referencia a la fuerza de élite de los Guardianes de la Revolución de Irán, clasificada como organización terrorista por EEUU.
“Cuando tuvimos esa confirmación alertamos a nuestros pares de la región y otras partes del mundo”, resaltó el funcionario, quien remarcó que el aviso “se dio en tiempo oportuno”. Su declaración contradice completamente a las del ministro argentino de Seguridad, Aníbal Fernández, quien el martes dijo que solo había ocurrido una coincidencia de nombres. “Tiene la condición de homónimo, no otra cosa”, aseveró Fernández al reportar una comprobación de identidad realizada por la Policía Federal.
Clarín publicó, además, información clasificada proveniente de Paraguay que publicó en su portal. “Para el organismo de Inteligencia paraguayo, esa empresa aérea representa una ‘alerta alta: entidad afiliada a entidades designadas/sancionadas/ilícitas’. El nivel de riesgo para la seguridad asignado en el informe es del 89%”.
Un Boeing 747 de carga se encuentra retenido en Buenos Aires desde hace una semana bajo una investigación judicial, al igual que su tripulación integrada por 14 venezolanos y cinco iraníes.
La Justicia prohibió la salida del país de los 19 tripulantes.
El aparato, que estuvo en Paraguay en mayo, pertenece a la empresa Emtrasur, una filial de la venezolana Conviasa, bajo sanciones del Tesoro de Estados Unidos. Fue comprado hace un año a la aerolínea iraní Mahan Air. Aquino sostuvo que “la alerta fue sobre la aeronave y la tripulación. Prueba de que llegó la alerta es que se intervino. Hubo una buena alerta en tiempo oportuno”, reiteró, al reconocer “la rápida reacción del Gobierno argentino, lo mismo que el uruguayo”.
El avión llegó a Argentina el 6 de junio procedente de México con un cargamento de autopartes. Sin haber podido abastecerse de gasolina en Buenos Aires, intentó viajar a Uruguay el 8 de junio, pero las autoridades uruguayas le negaron el ingreso. El ministro uruguayo del Interior, Luis Alberto Heber, declaró el jueves que su país recibió un aviso “formal de la Inteligencia paraguaya”. “Actuamos rápidamente con el ministro de Defensa y pudimos evitar que el avión entrara en el espacio aéreo uruguayo”, añadió.
NUEVA PISTA. Un chat de WhatsApp entre un funcionario de inteligencia aeroportuario y un superior es la última pista que manejan los medios argentinos para desmontar la versión del Gobierno. Según La Nación, un funcionario, ante las sospechas que tenía sobre el avión que aterrizó en Ezeiza y sus integrantes, habría expresado la necesidad de hablar sobre la recarga de combustible del avión.
Israel
Las actividades en América Latina de dos aerolíneas de Irán a las que acusa de “dedicarse a traficar armamento” preocupan a Israel, según manifestó la legación diplomática de ese país en Buenos Aires. “El Estado de Israel está particularmente preocupado por la actividad de las compañías aéreas iraníes Mahan Air y Qeshm Fars Air en América Latina, empresas que se dedican al tráfico de armamento y al traslado de personas y equipos para la Fuerza Quds”, señalaba el comunicado emitido el jueves.