La Junta Municipal aprobó días pasados el convenio específico de cooperación interinstitucional entre la Municipalidad de Asunción y esa cartera de Estado para coordinar y aprobar estudios y diseños, desarrollo, construcción, operación y mantenimiento y todo aquello que se requiera para encarar esos trabajos.
Esta tarea iría desde 21ª Proyectada hasta el barrio Santa Ana, en el Bañado Sur, donde este curso de agua realiza su sinuoso recorrido en medio de toneladas de basura que se arrojan a sus aguas colmatadas de efluentes cloacales y altos barrancos que erosionan con cada lluvia y ponen en riesgo de desplome a cientos de viviendas.
PANORAMA. Néstor Basualdo, presidente saliente de la Comisión Vecinal Ysyry Morotî, explicó que durante la administración del intendente Arnaldo Samaniego, en el 2010, se hizo una intervención en el arroyo Paraguarí desde su naciente, en 12ª Proyectada, hasta 21ª, con barandas de protección, muros, limpieza del canal, entre otros.
“Fue un trabajo extraordinario, pero los mismos lugareños se encargaron de destruir todo, arrojando basura al arroyo. Todas las mejoras están destruidas a la fecha por falta de mantenimiento e inconsciencia”, lamentó.
Resaltó que desde 18ª a 20ª Proyectada se cuenta con protección de piedra bruta que debido al torrentoso caudal durante las precipitaciones están a punto de desmoronarse, ya que su base está totalmente socavada.
Indicó que hace falta colocar contenedores, al menos dos a ambos lados de las costas del Paraguarí y que se asegure la recolección por parte de la institución municipal al menos tres veces a la semana, para paliar en alguna medida el arroje de desechos.
Recordó que en este sector asunceno también se tienen los arroyos Ferreira y Morotî, que se encuentran en similar condición de contaminación y déficit en infraestructura.
Finalmente dijo que se firmó un compromiso entre el intendente Mario Ferreiro y 36 comisiones vecinales de barrio Obrero, Roberto L. Petit y Bañado Sur para dominar las aguas y raudales que bajan con mucha fuerza y “ahogan cada vez más a las poblaciones ribereñas”.
Todo se destruyó de vuelta por falta de conciencia y mantenimiento y se volvió un basural. Néstor Basualdo, dirigente vecinal.