07 sept. 2024
El 1 de agosto de 2004, el incendio del supermercado Ycuá Bolaños en el barrio Trinidad de Asunción provocó cientos de muertes y enlutó a todo el Paraguay. Familias enteras, hijos, padres y hermanos se perdieron con las llamas.

A 20 años de una de las tragedias más grandes de la historia paraguaya, Última Hora se adentró en el caso para recordar los momentos claves, recoger testimonios, contar la lucha de las víctimas por justicia, las expresiones de solidaridad ciudadana y saber cómo los sobrevivientes reconstruyeron sus vidas desde las cenizas.
Desde el día en que una chispa desató uno de los incendios más grandes de Paraguay, hasta los procesos judiciales posteriores, las manifestaciones populares, sus efectos políticos y la reconstrucción del sitio del siniestro. Esta línea de tiempo interactiva busca relatar cronológicamente una historia que comenzó hace 20 años en la esquina de Artigas y Santísima Trinidad.
Testimonios
  • Recordar es doloroso. Es poca la gente que seguramente va a querer hablar de este tema, porque no es una anécdota linda. Muchos nos consideran héroes y demás. ¿Héroes de qué? Solo hicimos lo que teníamos que hacer
    Rubén Darío González, paramédico de la Cruz Roja.
  • Imagínense la criminalidad empresarial, porque la orden era que se cerraran las puertas, prevaleciendo el valor de las mercaderías por encima del valor de la vida misma. Las puertas de emergencia podrían haber estado. Pero estaban cerradas
    Capitán Christian Vázquez, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay.
  • Este barrio fue un infierno. En cada cuadra había cinco o seis casas con velatorio y ahí es donde aparecen ya los psicólogos y psiquiatras
    Carmen Rivarola, psicóloga y familiar de víctimas del incendio.
  • Quedan cicatrices. Cicatrices que, por supuesto, van a ser imborrables. Sobre eso se construye y yo creo que con el proceso de organización (de sobrevivientes y familiares de víctimas) que tuvimos, logramos sanar bastante
    Liz Torres, sobreviviente.
  • Cualquiera de nosotros y nosotras que trabajamos en salud mental nunca habíamos tenido la experiencia de algo tan inmenso, tan catastrófico y tan brutal. Nadie estaba preparado para esto
    Beatriz Rivarola, psicoanalista y parte del equipo de profesionales de la salud mental que acompañó a víctimas.
  • Nuestra demanda supuestamente caducó y nuestro abogado dejó todo a la deriva, y por eso no pudimos acceder a este beneficio. Somos ocho víctimas las que quedamos en esa situación. Nuestros expedientes caducaron, pero en el Poder Judicial es muy difícil si uno no tiene recursos
    Alcides Ramón Giménez, sobreviviente.
  • El dinero lo cobré en dos cuotas, pero se fue todo en tratamientos médicos; me quedé con varios problemas respiratorios y también tuve que realizar tratamiento sicológico por varios años
    Luis Cardozo, carnicero del Ycuá Bolaños y sobreviviente.
  • Nuestra Justicia está podrida hasta hoy, está manipulada e influenciada, y en este caso la Corte manipuló
    Luis Escobar Faella, abogado defensor de Juan Pío Paiva, dueño del Ycuá Bolaños.
  • Primero hubo chispazos y muchas personas se percataron de eso y estaban caminando hacia la salida, y esas sí se hubieran salvado si las puertas estaban abiertas
    Édgar Vázquez, abogado que representó a víctimas del Ycuá Bolaños en el proceso penal.
  • El tribunal dio vuelta la historia para no pelear. (...) Se fijaron en el inicio y no en la consecuencia del acto y, por eso, la pena fue de 12 y no de 25 años de cárcel
    Édgar Sánchez, principal fiscal de la causa penal a los directivos del Ycuá Bolaños.
Recuperarse física y sicológicamente no ha sido fácil para los sobrevivientes y familiares de víctimas del Ycuá Bolaños. La red comunitaria de amigos, parientes, vecinos y personas hermanadas por el duelo fue un pilar fundamental de contención, memoria y resistencia. Este es un difícil camino de dolor y resiliencia que empezó hace 20 años y hasta hoy sigue.
Pánico y desesperación. Intensas llamaradas. Gritos de pedidos de auxilio y llantos. Esa fue la escena con la que se encontraron las primeras personas que llegaron al supermercado Ycuá Bolaños para el servicio de rescate. Aquel 1 de agosto de 2004, el fuego y la negra humareda cambiaron para siempre la vida de estos rescatistas. Estas son algunas de sus historias.
El incendio del Ycuá Bolaños fue la prueba más grande que tuvo la Justicia en la era democrática. Más de 70 jueces se excusaron de tomar la causa más candente del país durante varios años. Un juicio terminó a los sillazos y con una revuelta en las calles. Finalmente, el caso llegó a la Corte y quedó firme una sentencia que no satisfizo a ninguna de las partes.
Sobrevivieron al incendio del supermercado Ycuá Bolaños, perdieron a sus seres queridos o quedaron con secuelas físicas y sicológicas. Tras 20 años, las víctimas del siniestro aún deben luchar contra la burocracia judicial, que les negó una reparación por los daños. Solo un grupo de afectados fue indemnizado, otros siguen esperando justicia.
La tragedia del Ycuá Bolaños sobrepasó la capacidad de reacción de cualquier institución pública en el 2004. Por eso las cifras de víctimas, heridos y desaparecidos varían de acuerdo a la fuente que se toma y el momento. El número 400 es una cifra simbólica y hasta política, tomada por víctimas y grupos sociales. En esta nota explicamos por qué.
La catástrofe ocurrida hace veinte años, el incendio del Supermercado Ycuá Bolaños, con una Justicia tibia y su secuela de impunidades y olvidos, representa un dibujo bastante elocuente del país que somos. No obstante, aquella tragedia también nos ha enseñado la persistencia de aquellos sobrevivientes que han luchado contra el menosprecio de la indiferencia, construyendo memoria cada día. Ycuá Bolaños sigue siendo la lección pendiente para los paraguayos y paraguayas, para no volver a padecer la misma historia.
Un recorrido fotográfico de la historia que se empezó a escribir hace 20 años, en la mañana del domingo 1 de agosto de 2004. A lo largo de estas dos décadas, los reporteros gráficos de Última Hora acompañaron los distintos eventos que prosiguieron a la tragedia.