Desde la aparición del humo del incendio que cubrió el cielo del barrio Trinidad, la estampida de gente dentro del supermercado en busca de una salida y las primeras sirenas de los carros de bomberos, todo se volvió un caos y la desesperación se apoderó de todos, tanto dentro como fuera del local.
Los primeros reportes periodísticos sobre el incendio del supermercado ya describían los problemas de coordinación y la carencia de datos precisos sobre las víctimas fatales e internados.
Dos décadas después es imposible determinar el número exacto de víctimas, porque la tragedia no se circunscribió a ese día. Las secuelas continuaron a lo largo de los años, incluso cobrándose más vidas.
La magnitud del siniestro dejó al descubierto la débil capacidad de reacción de todos los estamentos del Estado.
¿Cuántos fallecidos dejó el siniestro? Una pregunta que no tiene una respuesta precisa, pero sí está cargada de simbolismo. Los datos varían si contrastamos la investigación del caso, la resolución judicial, el testimonio de las víctimas y los números que manejan bomberos.
¿Qué dice la sentencia judicial?
El documento oficial del Tribunal de Sentencia del 2008, que fue ratificado por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en agosto de 2009, contabilizó en total 574 víctimas del incendio en el centro comercial, de las cuales 329 personas perdieron la vida y 247 resultaron con heridas graves.
Para los jueces quedó demostrado que, al momento del incendio, unas 1.500 personas estaban dentro del supermercado.
Sin embargo, el sistema judicial no incluyó a las víctimas con lesiones leves, desaparecidos ni niños huérfanos.
Unas 1.500 personas se encontraban dentro del supermercado Ycuá Bolaños el 1 de agosto de 2004, según documento oficial del Tribunal de Sentencia del 2008
En tanto, el Ministerio Público sostuvo en su relato ante el tribunal que en la catástrofe del 1-A se perdieron más de 350 vidas, hubo más de 500 heridos y 12 desaparecieron. Además, la Fiscalía aseveró en el juicio oral que partes de cuerpos fueron distribuidas en 36 urnas.
Las causas de muerte de las víctimas fueron asfixia por inhalación de monóxido de carbono, calcinación, quemaduras de segundo y tercer grado e intoxicación por monóxido de carbono.
Por su parte, el reconocido sacerdote jesuita José Luis Caravias, ya fallecido, dejó consignado en un documento que de casi 400 víctimas fatales, más de 100 eran niños.
El poder de un número
Liz Torres, sobreviviente y una de las personas que militaron en las organizaciones de familiares y víctimas del Ycuá, explica que la cifra de 400 personas fallecidas en el gran incendio representa un número simbólico que fue acordado entre los supervivientes y parientes de los fallecidos.
“No sabemos la cifra exacta por las condiciones en que varios cuerpos fueron encontrados, en algunos casos solo una parte, un miembro y por eso quedamos con esa cifra de 400”, señala.
Ese número simbólico surge a partir del relato de los familiares de los fallecidos, quienes recuerdan con mucho dolor la confusión y los cruces que hubo en la entrega de los cuerpos, y del testimonio de los bomberos voluntarios, de acuerdo con Torres.
Asimismo, confirmó que oficialmente hay seis personas que hasta en la actualidad no fueron identificadas. “Pudieron haberse convertido en cenizas y para nosotros son desaparecidos”, expresa.
Sobrevivientes y familiares de víctimas establecieron 400 como el número simbólico de fallecidos en el incendio del Ycuá Bolaños
El número de desaparecidos se redujo tras los análisis de los cuerpos que fueron enviados al extranjero para pruebas de ADN.
Según el archivo de las víctimas del incendio, hubo 361 fallecidos y 236 sobrevivientes. No obstante, la cifra de 400 personas se mantiene en todo el Memorial 1-A como parte de la memoria colectiva, por su carga simbólica.
Bomberos tienen su propio conteo
Para los bomberos voluntarios que realizaron las tareas de rescate en el interior aquel domingo, en cambio, hubo 411 víctimas fatales y alrededor de 450 heridos por cortes, quemaduras u otras lesiones.
“De esos 411 fallecidos, se hablaba de 11 desaparecidos. Creo que con el tiempo empezó a bajar esa cifra cuando se empezaron a hacer los análisis de ADN con algunos restos encontrados y finalmente quedó en seis desaparecidos que nunca fueron identificados ni encontrados”, rememora el capitán Cristhian Vázquez, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP).
Vázquez relata que se tuvieron muchos fallecidos después de haber empezado los juicios del Ycuá Bolaños, por lo cual muchos no fueron contabilizados en la causa.
Por ello, apunta a la existencia de un subregistro de personas muertas que dejó la catástrofe civil más grande del país.
“Yo creo que hay un subregistro y son las personas que fueron falleciendo después de la tragedia”
A 20 años de la tragedia, Vázquez recuerda que el sistema de emergencia de Paraguay colapsó aquel 1 de agosto del 2004, ya que los heridos fueron llevados a centros de salud privados y públicos.
Para los bomberos voluntarios que trabajaron en el rescate de personas, la cifra de heridos rondaría entre los 400 y 450, porque ellos también contabilizaron a las personas que ingresaron para ayudar y resultaron con quemaduras, cortes u otras heridas.
“Realmente, creo que se manejaba muy mal el tema de salud. No hay un registro real. Lo que digo (en cifras) es lo que nosotros calculamos que pudimos haber atendido (aquel 1 de agosto de 2004)”, afirmó.
¿Cuántos niños quedaron huérfanos?
En el 2010, el Ministerio de la Niñez y Adolescencia, cuando aún tendía el rango de secretaría, informó oficialmente que 206 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos a consecuencia del incendio.
Se trata del único archivo que se tiene en la cartera de Estado, cuya misión es establecer las políticas públicas de infancia y adolescencia.
Por otro lado, en el 2012 la Coordinadora de Huérfanos y Sobrevivientes del Ycuá Bolaños reportó un total de 204 menores de edad, entre infantes y adolescentes, perdieron a sus padres en la tragedia.
Este último número es la cifra que manejan hasta hoy los sobrevivientes y familiares, según precisó Torres.
Si bien el Poder Judicial, las víctimas y los rescatistas manejan cifras distintas de la cantidad de fallecidos en la tragedia, la cifra de 400 parece ser la que quedó incrustada en la memoria colectiva, en el recuerdo de las víctimas y hasta en el Memorial 1-A.
Hasta hoy muchos recuerdan el cántico más frecuente de los sobrevivientes en su búsqueda de justicia: “400 muertos, eso no se olvida, no se queda impune”.
