Con cero experiencia en el mundo literario, se sumergió en la ardua tarea y tituló a su obra La sabiduría del dolor. En cada página de la publicación, lanzada en el 2023, está plasmada su dura experiencia causada por una lesión de rodilla, cuando tenía 29 años.
La dolencia se convirtió en un serio problema que cambió su vida. Luego de unos 10 años recibió por fin un diagnóstico certero: Sinovitis villonodular pigmentada, un tumor benigno, aunque raro y agresivo, que lo obligó a someterse a 24 cirugías de la misma rodilla y a convivir con dolor y dificultades.
Sin embargo, esa es solo parte de la historia que escribió, la otra, la más relevante es el proceso de aprendizaje que lo llevó a entender y aceptar que es posible vivir plenamente, aún con apremios de salud.
“No soy un escritor, pero sí siento muchas ganas, y hasta necesidad de llegar a personas que están pasando por momentos de dificultad y oscuridad, como los que a mí me ha tocado vivir, porque de corazón las entiendo, empatizo con ellas y me encantaría tratar de transmitirles fuerza”, expresaba Mendelzon al presentar su primer libro.
“Me puse como objetivo intentar con el libro ayudar e inspirar a través de mi difícil experiencia”, cuenta y agrega que su esposa María Adelaida Zuccolillo tuvo un papel muy importante en todo su proceso que conllevó a narrar su historia. “Realmente demasiada gente me ayudó, tuve como un roble a mi lado a mi esposa en todo este proceso que viví”, refiere.
La sabiduría del dolor
Jorge expresa que su familia tuvo que pasar muchas situaciones muy difíciles, muchos tiempos de ausencia. “Teníamos que ir al extranjero por cirugías que no sabíamos ni cómo iba a salir ni cuánto tiempo nos iba a llevar. Y amigos muy cercanos siempre me dieron la mano, siempre me acompañaron. En retribución a eso, yo quería compartir mi experiencia, los aciertos y desaciertos que me tocaron vivir. Quiero compartir con personas que así como yo hoy estén pasando por momentos de mucha oscuridad”, sostiene.
El nombre La sabiduría del dolor nació de todos los aprendizajes que le dejó ese proceso tan largo. “Toda esta aventura de salud, como acostumbro llamarle, que viví con mi problema de rodilla. Esto me hizo pasar realmente momentos que eran un infierno, pero también afortunadamente logré capitalizar muchas enseñanzas que hoy me permiten vivir una vida mucho más plena, una vida con significado, con fundamentos y una vida que me permite ayudar a otros que estén pasando por momentos muy difíciles, con los que tengo una gran empatía”, comparte y aclara que su obra puede ayudar a personas no solo con problemas de salud.
Escribir un libro no solamente le llenó de entusiasmo, le llenó de satisfacción, le dio una realización personal. “Pero independientemente a eso, me siento muy feliz de poder aportar mi granito de arena a la sociedad, dando mi testimonio, contando mi historia. También considero que fue para mí como un proceso de sanación, tratar de cerrar un capítulo tan difícil de mi historia de vida”, acota.
Plenitud ante todo
Jorge hoy no se anima a decir que está curado, si bien se siente pleno. “Me siento muy bien, tengo dolores todos los días en diferentes niveles. Aprendí a convivir con esto que me tocó, aprendí a sobrellevar, adapté mi vida a lo que la salud me permite. Pero lo que sí aprendí es a ser muy, pero muy feliz y a disfrutar plenamente cada día”, dijo.
Allí viene algo crucial en su vida: “Yo considero que la felicidad es una actitud, no son realmente los logros o pasos que damos, los grandes objetivos que logramos realizar sino la actitud que le damos a la vida, es el disfrute de las pequeñas cosas que tenemos todos los días a nuestro alrededor. Es que estamos concentrados en cosas tan grandes que perdemos el foco, esas pequeñas alegrías que todos los días tenemos a nuestro lado”, reafirma.
Aceptación
Para el empresario, en los procesos de adversidad, lo más complejo es lograr la aceptación de una dolencia. “A mí me era imposible entender con 30 años que el deporte era ya parte de mi historia y que nunca iba a poder volver a una cancha. Fue realmente un infierno. Mi cabeza era como un martillo como me reclamaba, como hacía que yo esté malhumorado, no aceptando la situación”, expresa.
Para él lo más difícil es poder lograr cambiar el chip y dejar la pregunta del porqué a mí en un para qué a mí. “Qué tengo que hacer yo con esta situación que me está tocando vivir, qué puedo hacer distinto o qué debo hacer distinto o qué puedo construir con esta realidad que ya está instalada y vino para quedarse”, expresa.
Durante los largos años difíciles en cuanto a salud Mendelzon, aprendió una lección sobre la queja. “Es muy difícil aprender que la queja no suma, la queja simplemente hace más grande el problema, uno se pone muy negativo. Eso parece que tiene un efecto multiplicador, entonces uno en vez de entender que se está descargando lo que está haciendo es que está incrementando su ira, su descontento y desesperanza”, compartió.
Para él, La sabiduría del dolor es justamente todo lo que logró incorporar a su vida para poder vivir mejor y para ser feliz. “Yo creo que independientemente a todas las dificultades y adversidades que pasé, hoy vivo plenamente, disfruto plenamente cada pequeño momento, cada cosa por chiquita que parezca yo trato de que sea sumamente grande, que sea un logro”, finaliza.