El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, inició su homilía de este domingo reflexionando sobre el matrimonio y afirmó que es un sacramento indisoluble.
“El Señor declara la indisolubilidad del matrimonio. Siguiendo a Jesús, la Iglesia reafirma con seguridad la indisolubilidad del matrimonio”, expresó e indicó que muchos en estos días consideran difícil o imposible vincularse con una persona por toda la vida.
Valenzuela manifestó que el matrimonio es algo que se debe defender por la transcendencia que tiene en la familia, los hijos y la misma sociedad.
“La salud moral de los pueblos está ligada al buen estado de los matrimonios. Cuando el matrimonio se corrompe, bien podemos decir que está gravemente enferma”, dijo.
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Además, afirmó que aquellos que se casan “inician juntos una vida nueva” y que el matrimonio “es una auténtica vocación sobrenatural”.
“Es un signo sagrado que santifica, acción de Jesús que invade en el alma de los que se casan y les invita a seguirle, transformando toda la vida matrimonial en un caminar divino sobre la tierra”, prosiguió.
También, recordó que Jesús hizo su primer milagro en una boda de Caná de Galilea “para dar una felicidad completa a los novios cuando se acabó el vino”.
“Jesús está dispuesto hoy, si se le invita a la boda a un aniversario o a tu hogar, va a realizar también el milagro y va hacer que el vino último del amor y la unidad sea mejor”, añadió y enfatizó en la importancia de los pequeños gestos de cariño hacia el esposo y la esposa.
Igualmente, instó a los matrimonios a vivir y renovar siempre su unión. “‘Te quiero’ es la palabra capaz de levantar a un muerto, es la llave secreta para recuperar todo lo perdido”, finalizó.