Paquetes de merienda escolar con graves inconsistencias en su contenido y peso se entregaron a una escuela de Cambyretá en el marco del programa Hambre Cero, que proyecta una inversión de USD 955 millones para lograr el 100% de la cobertura en instituciones educativas.
El caso se conoció a través de la docente Stella Ayala, quien manifestó que verificó cada uno de los paquetes, en cuanto a peso y contenido. Algunos contenían dos o tres chipitas, un coquito, mientras que en otros había 10 palitos y en otros solamente uno.
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“Me tomé el tiempo. No es algo aleatorio, que una o dos cajas nomás vengan con inconvenientes. Cada caja contiene 100 paquetes, de los cuales del 20% al 30% tiene dificultades en su peso“, manifestó la docente en una entrevista con NPY.
La docente hizo un llamado a la conciencia, destacando que se trata de un programa con una inversión millonaria, y “eso la ciudadanía tiene que entender”, subrayó.
“No por hacer una denuncia ya es populismo, hacer alboroto o no ser agradecidos. Se están burlando o fue un error involuntario, yo no sabría decir”
Cuestionó que, después de conocerse las irregularidades a través de los medios de comunicación, se compartió cuáles son los canales para las denuncias, a fin “de garantizar la seriedad y confidencialidad de las quejas”, según se lee en un comunicado de la Gobernación de Itapúa.
“No sé si es una forma de amedrentar o cuál es la situación real, pero lo único que nosotros queremos como docentes es mostrar lo que está llegando e instar a los padres a hacer las denuncias”, señaló.
¿Improvisación o falta de verificación?
Las quejas por las variaciones en el contenido de los paquetes no solo ocurrieron en Cambyretá, sino que varios de sus colegas de otros distritos de Itapúa compartieron las mismas experiencias.
“Pero ¿qué hacen los representantes? Se enojan, se ofenden, cuando uno hace una denuncia, en vez de preocuparse, ocuparse y buscar una solución”
Si bien enfatizó que el programa tiene una noble intención, la docente valoró que la implementación no está siendo la adecuada o de la mejor calidad.
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“Lastimosamente, no están llegando con la calidad en la que deberían llegar, teniendo en cuenta los millones de dólares que está invirtiendo el pueblo paraguayo, el Gobierno, para este tipo de programas”, expresó.
Ayala describió que el 70% de los niños comen en los pasillos de las escuelas o bajo un tinglado, mientras que las cocinas se improvisan en salas de clases.
“Hay un sinfín de situaciones que se dan y se agudizan, por el hecho de que todo se está improvisando. Hasta hoy no funciona el sistema para que los directores puedan cargar las raciones y ver cuántos niños y niñas almuerzan. Yo no estoy mintiendo”, agregó.
La docente instó a los padres a preguntarse cuántos palitos o chipitas debe contener un paquete de 30 gramos.
¿Coquito muy duro?
En cuanto a la calidad de los productos, la docente probó el coquito que contenía uno de los paquetes para verificar su textura y sabor.
Relató que el coquito estaba tan duro que parecía imposible de comer sin poner en riesgo los dientes.
“Pero este (coquito) se pasó ya de duro. Tenés que comer de costadito para que los dientes no se rompan”
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A pesar de las inconsistencias que afectan a varias escuelas, la docente confía en “que se puede subsanar” la forma en que los productos llegan a los docentes.
“Pero que tampoco nos quieran tildar de alborotadores y que tenemos que ser más agradecidos. Seamos agradecidos, pero exijamos también lo que corresponde a una empresa que está lucrando para que por lo menos hagan la verificación”, pidió.