El pronunciamiento de la Mesa para la Seguridad de Periodistas del Paraguay sostiene que es fundamental la investigación del crimen de Sandro Saúl Sánchez Benítez, de 38 años, que se registró el 16 de marzo en Pedro Juan Caballero, en el Departamento de Amambay.
La víctima fatal recibió tres disparos de arma de fuego por parte de un solitario motociclista.
Sandro Saúl Sánchez era un conocido periodista de la frontera seca, propietario del medio digital Amambay Noticias y productor de aceite de cannabis medicinal.
“Consideramos sumamente fundamental que las investigaciones tendientes a aclarar y castigar este crimen sean orientadas de manera a confirmar o descartar si el mismo ha tenido motivación en la actividad informativa de la víctima”, señala el comunicado emitido.
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Según la Mesa para la Seguridad de Periodistas, en el marco de los estándares internacionales de investigación judicial en casos de crímenes de periodistas, las pesquisas oficiales deberían evaluar siempre que la hipótesis esté vinculada a la labor informativa.
“Solamente descartando esta línea con indicios o pruebas fehacientes se estará brindando a la ciudadanía la seguridad de que este atentado no ha sido también un ataque a sus derechos humanos a la información”, reza el texto.
La mesa, que aglutina a gremios periodísticos e instituciones el Estado, expresó su preocupación hacia el incremento del crimen organizado y el sicariato, que protagonizaron la mayoría de los 19 casos de asesinato de periodistas en los últimos 30 años en el país.
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Asimismo, exhortó a las autoridades y a la ciudadanía a no perder de vista la necesidad de proteger el ejercicio libre y seguro del periodismo.
La víctima fatal contaba con antecedentes por varios hechos, como tenencia y comercialización de cocaína, resistencia, asociación criminal y otros, según informes de la Policía Nacional.
Una publicación de Última Hora del 2017 también contiene otros antecedentes del mismo, por hurto agravado en 2003, hurto en 2005, tentativa de hurto en 2006, e incumplimiento del deber alimentario en 2011.
Además, se lo vinculó con el grupo criminal brasileño Primer Comando de la Capital (PCC), donde supuestamente cumplía un rol importante.