EFE
Rose McGowan y Ashley Judd fueron las primeras víctimas de Weinstein que se conocieron, pero pronto se unieron Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Asia Argento, Mira Sorvino, Rosanna Arquette, Cara Delevingne, Léa Seydoux o Kate Beckinsale.
La última, la mexicana Salma Hayek, que aseguró que Weinstein incluso la amenazó de muerte.
Y muchas estrellas del cine han criticado la actitud depredadora de Weinstein, como Emma Thompson, Emma Watson, Colin Firth, Meryl Streep, Kate Winslet, Jennifer Lawrence, Jessica Chastain, Cate Blanchett, Mark Ruffalo, George Clooney, Christian Slater, Penélope Cruz o Jane Fonda.
A lo que se unió el movimiento #MeToo, que ha motivado cientos de testimonios contra miembros de la comunidad cuyo futuro en la industria pende de un hilo.
Los integrantes de ese movimiento, en su mayoría mujeres, fueron elegidos recientemente como Persona del Año por la revista Time.
La publicación consideró que quienes han roto el silencio sobre este tema tabú han dominado la atención este año y conseguido que la sociedad deje de ver como “aceptable” lo “inaceptable”, aseguró el editor en jefe de la revista, Edward Felsenthal.
El caso Weinstein desató una ola de denuncias contra otras figuras del cine, en muchas ocasiones por casos que se registraron hace años y se mantuvieron en silencio.
El más sonado en el mundo del cine tras el de Weinstein fue el de Kevin Spacey. Le siguieron John Lasseter, Brett Ratner, Louis CK, Dustin Hoffman, James Toback, Jeffrey Tambor, Geoffrey Rush, Steven Seagal, Danny Masterson, Tom Sizemore, Jeremy Piven, Matthew Weiner o Ed Westwick.
Y las consecuencias no se hicieron esperar.
Spacey, que tuvo la torpeza de reconocer su homosexualidad a la vez que se disculpó por haber presuntamente acosado al actor Anthony Rapp cuando este tenía 14 años, fue despedido de la serie House of Cards y eliminado del montaje final de All the Money in the World (Todo el dinero del mundo).
Lasseter, jefe creativo de Pixar y Walt Disney Animation Studios, anunció que se tomaba una excedencia de seis meses tras reconocer comportamientos fuera de lugar y que se propasó con su personal.
Warner Bros. rompió relaciones con Ratner después de conocerse las acusaciones de agresión sexual en su contra y Danny Masterson fue despedido por Netflix de la serie The Ranch tras ser acusado de violación por tres mujeres.
Todos los acusados, en mayor o menor grado, han visto afectadas sus carreras, al igual que las víctimas, como reconoció el cineasta Peter Jackson, que recientemente recordó que cuando preparaba su proyecto de The Lord of the Rings con Weinstein como productor, le presionaron para que no contratara a Mira Sorvino y Ashley Judd.
“Yo creo a las víctimas al 100%", dijo a Efe la actriz Jessica Chastain, quien aseguró que haría todo lo que estuviera en su mano “para amplificar sus voces porque cualquiera que se atreve a denunciar un acoso sexual o un abuso sexual lo está arriesgando todo.
Una situación que no se limita a Hollywood, señaló a EFE el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, para quien “la misoginia y la estupidez del macho de pensar en la mujer como un objeto es un fenómeno cultural de un primitivismo tremendo”.
Y mientras el goteo de casos sigue aumentando -ya son ocho las mujeres que han acusado a Dustin Hoffman de abusos y agresiones sexuales-, la tensión tampoco deja de crecer en el seno de Hollywood.
Porque muchos estaban al corriente de lo que pasaba -Quentin Tarantino aseguró que conocía los abusos de Weinstein y que podría haber hecho más de lo que hizo- y porque poco a poco se ha ido sabiendo que el productor y su hermano Bob, todopoderosos dueños de Miramax, habían pagado a modelos y actrices por su silencio.
Así que las protestas continúan y un grupo de actrices pretende denunciar el machismo durante la gala de los Globos de Oro. Algo que a su vez ha provocado una polémica después de que Ros McGowan llamara hipócrita a Meryl Streep por formar parte de esa protesta tras haber trabajado con “el cerdo monstruo”, en referencia a Weinstein.
Pero más allá de las protestas y las críticas, la mayoría de los casos están prescritos. Uno de los pocos que podría juzgarse es el de la actriz de origen español Paz de la Huerta, quien denunció ante la Policía que Weinstein la violó dos veces en 2010. Ahora es la fiscalía de Nueva York la que debe decidir si las denuncias pasan de los medios a los juzgados.