Soy Lourdes García Stark. Durante toda mi niñez estudié cosas relacionadas con el arte. Baile clásico, canto, declamación, que estudié con mi primera maestra, Margarita Irún. Yo siempre digo que no soy bailarina ni declamadora ni cantante, pero todas esas disciplinas me sirvieron para ser hoy en día una actriz más completa.
Mis padres eran actores de la compañía del Ateneo Paraguayo en la época de don Fernando Oca del Valle, estamos hablando de la década del 50 y 60 más o menos. Y hay un dicho que dice: “El fruto no cae muy lejos del árbol”. En mi época ser actriz no era una profesión, entonces yo estudié Sicología al terminar el colegio, pero siempre viví en una familia de actores y artistas; se hablaba todo el tiempo del arte y fue imposible para mí no ser actriz.
Mis padres fueron muy importantes para mi formación. Yo vi actuar a mi papá, tenía 5 o 6 años la última vez que mi papá hizo teatro; después se retiró, pero todo eso quedó muy marcado en mí. Mi papá era poeta, escribía libros y mi mamá era profesora de lengua española y declamadora; entonces, yo siempre me crié en un ambiente muy artístico. Considero que gracias a ambos yo soy quien soy.
En una de las primeras entrevistas que me hicieron, un periodista me preguntó qué sentí la primera vez que pisé un escenario. Me acuerdo que le dije que sentí que para eso vine a este mundo. Sin querer queriendo le di una frase casi filosófica, pero que en realidad engloba mucho mi sentir. Porque yo creo que vine para esto, esta es mi misión en esta vida, ser actriz, poder darle entretenimiento, risas, lágrimas a la gente. Y soy muy feliz con esto, es lo que más me apasiona.
Uno de los momentos que más me costó en la vida tiene relación con el divorcio de primer marido. Tenía una hija muy pequeña y tenía que trabajar de mañana y tarde en una oficina, que se cerraba a las doce y se volvía a abrir a las tres de la tarde. En ese tiempo yo corría hasta el Arlequín Teatro para hacer funciones para los colegios durante la siesta. Después volvía a mi oficina y, si era viernes, salía a la tarde y me iba a grabar Sombras en la noche hasta la madrugada del sábado. Eran épocas de mucho trabajo. Por suerte, contaba con mi mamá, la dejaba a mi hija con ella. Pero fue una época muy difícil, no por el trabajo en sí, porque a mí me apasiona tanto esto, pero sí me pesaba un poco dejar tanto tiempo a mi hija sin mi compañía.
Como la actuación me hace tan feliz, pienso que todos los momentos de mi carrera son satisfactorios. Pero recuerdo la vez cuando mi papá me vio actuar. Yo debuté en el 92 y él falleció en el 95 y fue muy satisfactorio para mí tenerle a mi papá y a mi mamá en platea, ya que ellos también fueron actores.
Nunca paré en estos 32 años de carrera. Todos los años hice por lo menos una obra de teatro o una ficción o una película. Ni en mis peores momentos, ya sea el fallecimiento de mis padres, la enfermedad de mi marido, inclusive su muerte... Nada hizo que yo dejara de actuar.
Tengo tres hijos maravillosos, y recuerdo que yo hacía una serie que se llamaba Papá del corazón cuando ellos eran muy pequeños. En la ficción, yo estaba casada con otro hombre, y mis hijos lloraban cuando me veían en la televisión porque decían que su mamá estaba con otro señor que no era su papá.
Me acuerdo que era una novela que se veía tanto, y que nosotros no podíamos salir, irnos al shopping y eso, porque siempre había alguien que se acercaba. En ese entonces, todavía no estábamos tan invadidos por los celulares y esas cosas, pero siempre se acercaban a hablarme o a pedirme un autógrafo o a sacarse una foto, y mis hijos se ponían muy celosos. Pero yo sé que ellos están orgullosos, disfrutan mucho de mi trabajo, a pesar de que habrá sido difícil compartirles tanto a su mami con todo el mundo.
En esta etapa de mi vida me siento muy contenida, amada y apoyada por mis hijos y mi familia. Incluso en todas las locuras que hago. Mi difunto marido me apoyaba mucho. Recuerdo que yo tenía más de 50 años la última vez que hice el Bailando, y bueno, no debe ser muy fácil verle a tu mamá cincuentona bailar el baile del caño en televisión, pero ellos soportaron entre comillas todo eso, con mucho orgullo y dignidad.
Mi mayor logro en la vida es que sigo trabajando en la actuación, sigo haciendo cosas y siguen surgiendo cosas gracias a Dios que me da una salud de hierro. A nivel personal me enorgullecen mis hijos. Creo que a pesar de las cosas difíciles que vivimos y de las ausencias que pude haber tenido a causa de mi trabajo, pese a todo pude darles una buena educación, una buena base para que sean personas de bien y que también puedan hacer lo que les apasiona.
No cambiaría nada de mi vida. Creo que cada cosa vivida tuvo un por qué, cada situación me hizo crecer, me hizo aprender, me hizo madurar, inclusive el hecho de haber dejado el último año de mi carrera de Sicología. Fue algo que para muchos no debí hacer, pero ni de eso me arrepiento porque a mí me sirvió mucho estudiar esa carrera para mi vida misma, y mucho más para poder crear y analizar cada uno de los personajes que me tocó enfrentar y dar vida.
Siento que soy una privilegiada y una bendecida. Dios fue muy generoso conmigo, muy y mucho. Si pudiera retroceder al tiempo, solo lo haría para tener más tiempo de vida. Porque quiero vivir y poder seguir haciendo teatro, televisión, cine.. Por lo menos otros 50 años más. Quiero seguir haciendo lo que amo, lo que me apasiona, así que solo pido salud, salud, porque es lo primordial y es lo único que realmente importa. Tenés salud y el resto podés hacerlo.
Quiero seguir demostrándole a la gente que cuando uno hace con pasión y con amor las cosas, funcionan. Y muy bien. Y te traen muchas satisfacciones, no solamente económicas sino satisfacciones al alma. Ahora estoy haciendo una obra que se llama Mi grado es un peligro, una comedia con un elenco fantástico que les invito a todos a ver en el Teatro Latino durante los fines de semana. Cuando yo salgo a saludar al público, y escucho que se sienten felices y que se olvidaron de sus problemas por un momento, ¿qué más quiero? Qué misión tan maravillosa me dio Dios de poder darle a la gente alegría, y creo que ese es mi plan, hasta el último minuto de mi vida estar en un escenario.