19 nov. 2024

Microunidades de producción y microestratos

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Ricardo Rodríguez Silvero

Foto: Gentileza

En materia de políticas públicas hacia el desarrollo sostenible, bajo imperio de Estado de Derecho en democracia, dentro del marco de las más amplias libertades y con estricto respeto de las minorías étnicas y religiosas, cuando llega la hora de favorecer a determinados sectores económicos y estratos poblacionales, es conveniente diferenciar los mismos entre sí a los efectos de volver efectivas tales políticas públicas. Esto vale en todos los casos. Esta vez tendremos en la mira a los más pequeños entre los pequeños sectores y estratos. Empecemos diciendo que utilizar expresiones amplísimas, como mipymes, sin diferenciarlas, no es lo más conveniente.

DEFINICIÓN. Las microunidades de producción de bienes y servicios, así como sus respectivos microestratos poblacionales son multitudinarios (millones) y generalmente los más abandonados por las políticas públicas, así como los más afectados por fenómenos locales, regionales y globales, como la deformación estructural en el sector público local junto con el peso sobreproporcional de impunidad y corrupción en él, el cambio climático, las epidemias, la invasión genocida de Putin a Ucrania, practicando crímenes de guerra con alta tecnología bélica contra el pueblo indefenso de ese país, con riesgo de caer en la 3ª Guerra Mundial, entre otros megafactores catastróficos y de pogrom. A consecuencia de ello, en Paraguay la inmensa mayoría de las microunidades de producción y de los microestratos poblacionales se halla en la informalidad, entendiendo por ella la clandestinidad o la ilegalidad. Trabajar en la clandestinidad puede tener que ver solamente con estilos de vida o modos de producción precomerciales o precapitalistas, no tratándose de ninguna huida de registros públicos ni un objetivo expreso de evasión tributaria.

INFORMALIZACIÓN EN EL PASADO RECIENTE. Cualquiera sea el motivo de la subregistración de estas microunidades de producción y de dichos estratos poblacionales, lo cierto es que en los últimos años se han producido desplazamientos de los mismos desde la registración oficial a lo no registrado, en parte por inercia sectorial y poblacional a consecuencias de dichos fenómenos, así como por una estrategia premeditada de pasarse de la formalidad a la informalidad para enfrentar mejor el costo de los mismos. Parte de los pertenecientes a tales microunidades y microestratos lo hizo también para evitar el pago de impuestos, dados los estragos producidos por tales fenómenos.

LA FORMALIZACIÓN DEBE SER VENTAJOSA. En estos casos, objetivos de las políticas públicas para la reincorporación de los mismos a la formalidad debería ser lograr con ellas que la transición sea ventajosa en términos de costos de operación. A tal efecto, lo primero que habría que hacerse desde las políticas públicas es distinguir o diferenciar bien las micro-unidades de producción de las pequeñas y medianas empresas, así como los micro-estratos de los pequeños y medianos estratos poblacionales. Las pequeñas y medianas empresas, así como los estratos poblacionales de ese nivel ciertamente se hallan también a merced de los citados fenómenos locales, regionales y globales, pero tienen ya otro formato empresarial y poblacional que les permite acceder con mayor facilidad y con un costo relativamente menor a los reducidos beneficios del progreso económico y social en épocas de pandemia, de cambios climáticos y de repercusiones globales de la invasión genocida de Putin en Ucrania.

¿QUÉ HACER CON LOS LILIPUTIENSES? Por lo tanto y una vez hecha esa diferenciación, será necesario concentrarse expresamente en los microemprendedores rurales y microempresarios urbanos (mayúscula entre ellos es la proporción de los así llamados cuentapropistas) así como en los microestratos poblacionales. Los temas a analizar para favorecer su integración a la formalidad son su acceso a las políticas de asistencia técnica, así como crediticia y un programa de fomento tributario para que dicho cambio tenga por ventaja pagar legalmente menos impuestos así como participar de proyectos de integración selectiva a las políticas sectoriales y poblacionales que les permitan hacer frente a los mencionados fenómenos locales, regionales y globales.

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