Mientras no transitemos, en normas de convivencia y en los hechos, la senda del estado de derecho en democracia, en el sentido occidental del término, es decir, mientras no cumplamos ni hagamos cumplir la Constitución Nacional ni los Tratados Internacionales, en los que nuestro país es signatario, debidamente incorporados a nuestras normas vigentes.
Mientras no observemos la pirámide de Kelsen, esto es el orden de prelación de las normas, en el sentido de que las inferiores no deben alterar ni modificar y mucho menos dejar sin efecto legalmente las superiores.
Mientras no tengamos un Poder Judicial independiente de partidos políticos, de grupos económicos de presión ni de fuerzas ilegales ni criminales como lavadores de dinero, evasores consuetudinarios, megacontrabando y narcotráfico.
Mientras no tengamos a altos funcionarios públicos trabajando con remuneraciones adecuadas al nivel de desarrollo del país, con honestidad, eficiencia y transparencia, constituidos en meritocracia, sancionando leyes hacia el desarrollo sostenible.

Mientras el Poder Ejecutivo no se ciña estrictamente a un programa de Gobierno con políticas públicas hacia el desarrollo integrador, con fortaleza macroeconómica y microeconómica, incorporando a los microemprendedores rurales y microempresarios urbanos a los beneficios de la prosperidad compartida.
Mientras no se pueda ni quiera contener el mal gasto público, eufemismo por dinero robado sistemáticamente a la recaudación tributaria, y mientras la evasión no sea disminuida a su mínima expresión.
Mientras la justicia social no deje de ser mera bandera electoral y solo un desiderátum sin contenido, sino brinde puestos de trabajo, también para mano de obra no calificada, y mientras los marginados geográficamente y socialmente no sean incluidos en esa prosperidad compartida.
Mientras el hábitat natural no sea debidamente protegido para detener la deforestación masiva y mientras el suelo y subsuelo así como el aire y el agua de superficie y profundidad no sean liberados de polución y tampoco los deshechos líquidos y sólidos no sean adecuadamente alcantarillados.
Mientras las binacionales hidroeléctricas no sean incorporadas al presupuesto nacional en la mitad que le corresponde a nuestro país por ser socio paritario de esos emprendimientos ni negocie condiciones igualitarias en la dirección y el consejo de las mismas y tampoco se logren precios de cesión de la energía a niveles aproximados a los de mercado.
Mientras la deuda externa no sea ajustada estrictamente a las necesidades de infraestructura física (puentes, carreteras, caminos de todo tiempo, etc.) ni de viviendas ni de escuelas ni pueda ser contraída a precios competitivos para nuestro país.
Mientras la educación no sea integral en instituciones (primaria, secundaria, terciaria y universitaria) y en áreas temáticas (técnica y humanística) y sectoriales (agricultura familiar, agrobusiness, ganadería vacuna, lanar, porcina y otras así como explotación forestal y conexos).
Mientras la seguridad social (en salud y jubilaciones) no sea un privilegio solo para estratos sobreprotegidos (los superiores de la pirámide social).
Mientras la seguridad física y jurídica no esté garantizada y puesta en vigencia para todos los segmentos poblacionales, las áreas geográficas y los sectores económicos.
Mientras los megacorruptos no sean erradicados del sector público, sobre todo, en los más altos niveles, y del sector privado, en especial, en lo relacionado con narcotráfico, contrabando de armas y rollos de madera, giros ilegales y facturas falsas.
Mientras la impunidad omnipresente no sea transformada en sanciones ejemplares a los megacorruptos, públicos y privados, recuperando los haberes malhabidos, por lo menos los perpetrados por generaciones recientes y presentes.
Mientras no se articulen mayorías en favor de estos objetivos a nivel de ciudadanía ni de partidos políticos ni de poderes del Estado ni de entidades públicas descentralizadas ni de binacionales hidroeléctricas.
Serán escasas las posibilidades de volver presente el actual Estado ausente, las de encaminar las políticas públicas hacia el desarrollo sostenible y las de reivindicar con éxito los derechos conculcados a la ciudadanía por generaciones enteras de corruptos y estafadores despiadados.