Miguel Ángel Insfrán, quien responde al alias Tío Rico, será extraditado desde el Brasil este viernes. Su vuelo aterrizará en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi alrededor de las 8.45, informó Telefuturo.
Tío Rico fue detenido en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, el pasado el 9 de feberero. Luego, se acogió al proceso de extradición abreviado, declarando que quería venir a Paraguay cuanto antes, por lo que se acortó el plazo para ser traído al país.
El Supremo Tribunal Federal del Brasil aceptó esto; no obstante, la Corte puso algunas condiciones para enviarlo.
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Los requisitos para extraditarlo son que se cumpla lo que dice la ley de migración brasileña, la que sostiene que la persona extraditada será entregada solo si se le computa el tiempo que estuvo detenido como consecuencia de la extradición; que se respete el límite máximo de 30 años de prisión, ante eventual condena, y que no sea sometido a torturas, además de otros puntos.
Insfrán tiene un proceso en el país en la causa A Ultranza Paraguay, considerado el mayor operativo en la lucha contra el crimen organizado, por los hechos de tráfico internacional de drogas, asociación criminal y comercialización ilícita de sustancias.
El supuesto narcotraficante estaba con rebeldía y orden de captura internacional desde el año pasado y su nombre fue vinculado en más de una ocasión al crimen del fiscal Marcelo Pecci, ocurrido en mayo del 2022.
Perfil criminal
De acuerdo con los investigadores, Tío Rico se inició en el crimen organizado cometiendo delitos relacionados con el robo, desarme de vehículos y reducción.
Posee una larga trayectoria criminal y de esto da cuenta un informe filtrado de la Unidad de Investigación Sensitiva (SIU) de la Senad, con fecha 21 de febrero de 2022, dirigido al fiscal Deny Yoon Park, de la Unidad Penal N° 7, Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico.
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En el año 2007, una comitiva fiscal y policial allanó depósitos en Mariano Roque Alonso que funcionaban como desarmaderos de vehículos robados.
Surgió entonces el nombre de Miguel Insfrán, quien arrendaba estos lugares, como el principal sospechoso de liderar una banda de reducidores de vehículos.
Con el correr de los años, Tío Rico fue incursionando en actividades vinculadas al narcotráfico, hasta conformar una amplia e importante estructura criminal, con soporte logístico para el tráfico de sustancias ilícitas por vías aérea y terrestre, según el extenso informe.
Insfrán conformó distintas empresas, las cuales estarían operando en un esquema de lavado de activos que funciona dentro del entorno familiar a través de sus hermanos.
La investigación de A Ultranza Py lo vincula con Sebastián Enrique Marset Cabrera, con quien habría conformado toda una ingeniería de tráfico internacional, la cual permitió el tránsito de grandes cantidades de droga.
Ambos son consideraros los cabecillas de la estructura que envía drogas a Europa y África.