Unas 230 familias están siendo asistidas con insumos por la Municipalidad, el resto es cubierto con la Gobernación del Alto Paraná, fundaciones, organizaciones civiles, ciudadanos voluntarios y la Itaipú Binacional. La asistencia se realiza de forma coordinada de manera para evitar repetir entregas a una olla y dejar descubiertas a otras. “Estimo que ya se superaron las mil ollas populares en la ciudad. Lo que hicimos nosotros es centralizar los datos de manera a no encimar la ayuda en un lugar y dejar desprovisto en otro lugar”, comentó el economista Sebastián Martínez, director del Departamento de Desarrollo Social de la Comuna local.
“Tenemos ollas populares distribuidas en toda la ciudad. Nos llegaron solicitudes a lo largo de todo este tiempo que fueron supervisadas, se visitó el lugar, se tomaron fotografías, se hizo entrevista a la gente que realizan la olla y luego, iniciado el trámite se empezó la entrega entre una semana y 10 días. Tenemos insumos para 6 semanas más con el ritmo que llevamos”, añadió.
Dijo que se creó un equipo especial, un banco de alimentos con más de 5.000 kits de alimentos. “Hicimos un protocolo de entrega para poder tener el control como la Contraloría General de la República lo exige. Se trabaja para la entrega con comisiones vecinales, de capilla y en aquellos casos donde vienen gente organizada por barrios se hace a través de organizaciones del sector civil. Son 239 ollas populares”. Refirió que una vez que se libere los fondos de royalties, que este año excepcionalmente será destinado a la compra de alimentos, se va ampliar la cobertura municipal en lo que distribución de insumos se refiere para ollas populares.
“Con esos fondos vamos a ampliar la cobertura en tiempo como en cantidad de ollas. Son cuatro kits que se entrega a cada olla popular. Detallado son 7 ingredientes, son: 20 kilos de fideos, 20 kilos de arroz, 20 kilos de harina, 20 kilos de azúcar, 4 kilos de sal, 4 kilos de yerbas y cuatro botellas de 900 ml de aceite”.
500 PLATOS. Uno de las tantas ollas populares es la que está ubicada en el barrio Juan Emilio O`Leary, ubicado sobre la avenida Carlos Antonio López, a 2 cuadras de la Catedral San Blas. El lunes cumple 2 meses de funcionamiento. Empezaron con 200 platos y hoy aumentaron a 500 explicó Ruth Colman. Relató que están recibiendo el aporte diario de la comunidad y de instituciones como la Comuna, que le permite seguir cocinando. Mencionó que desde que se inició la pandemia están sin trabajar y en la profesión que tienen serán los últimos en ser habilitados.
“La mayoría acá somos profesionales gastronómicos y nuestro rubro es el más afectado. Los eventos están todos suspendidos y de alguna manera tenemos que sobrevivir. Es muy difícil para todos toda esta situación que nos impide trabajar”, comentó. Igualmente manifestó que respetan el protocolo del Ministerio de Salud, evitando la aglomeración de personas.