“La transformación del Banco de la Nación Argentina en sociedad anónima contribuirá a modernizar su estructura jurídica y operativa, permitiendo una mayor flexibilidad en su gestión y adaptación a las mejores prácticas del mercado financiero”, fundamentó el decreto que Milei.
El Gobierno había incluido al Banco Nación en un listado de empresas estatales sujetas a privatización cuando impulsó el tratamiento de una megaley en el Congreso, pero el Parlamento se opuso, excluyéndolo. Sin embargo, la misma ley le otorgó a Milei facultades extraordinarias al declarar la emergencia económica, financiera, energética y administrativa por el plazo de un año.
RECHAZO DE SINDICATOS. Sindicatos bancarios rechazaron el decreto y subrayaron que resulta “contradictorio querer vender lo que funciona, salvo que el único objetivo sea un negociado espurio y una nueva estafa”, en referencia al escándalo que envuelve al presidente por el respaldo que dio en sus redes sociales al lanzamiento de una criptomoneda que resultó en estafa. Este hecho derivó en denuncias en la justicia y reacciones de la oposición pidiendo su juicio político.
Datos oficiales divulgados por el banco corroboran los buenos números de la entidad. Durante 2024 los desembolsos del banco “tuvieron un crecimiento extraordinario de más de 600%”, indicó la institución a fines de enero, dando cuenta que tiene “la mejor tasa de cobrabilidad de la historia reciente”.