La manifestación, concentrada en torno al Obelisco de la céntrica Avenida 9 de julio y sus calles aledañas, reunió a miles de personas pertenecientes a partidos políticos de la izquierda y organizaciones sociales y sindicales de Argentina, además de un nutrido grupo de bolivianos partidarios de Evo Morales.
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Al grito de “Evo, Evo, Evo”, los asistentes colapsaron el centro porteño en su marcha hasta la embajada de Bolivia en Buenos Aires, en donde pidieron la vuelta del presidente y la retirada de las Fuerzas Armadas del escenario político boliviano.
“Me manifiesto por el golpe cívico, policial y militar que obligó a renunciar a nuestro presidente, que es Evo Morales. No hay razón, no hay forma, es incomprensible. Estoy muy indignado por lo que pasó en Bolivia”, manifestó a Efe Ramiro Morillaca, un boliviano residente en Argentina desde hace 20 años.
Para Ramiro, la solución a la actual crisis que vive el país sudamericano es la convocatoria de unas nuevas elecciones, en las que “participen todos los partidos, de izquierda o de derecha”, y que “no haya exclusión ni discriminación” alguna.
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En una línea distinta se pronunció otro ciudadano de Bolivia, Alfredo Mendoza, que tras casi 50 años viviendo en Argentina denunció la actitud “repudiable” de un sector de la sociedad boliviana que “lo único que trae son problemas, caos, crisis, discriminación y racismo”.
Asimismo, decenas de manifestantes portaron pancartas y entonaron cánticos contra el imperialismo y la “injerencia” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al que acusan de estar detrás de lo que está sucediendo en el país andino.
“Le digo a este señor, no sé si llamarlo Trump o un monstruo... Él dice que pregona la democracia, ¿pero qué democracia? Sus injerencias políticas hay que desterrarlas de este país, tenemos que unirnos todos los países y bloquearlo a él. ¡Que nadie en el mundo utilice el dólar!”, vociferó Alfredo Mendoza, indignado.
Entre las demandas de la marcha no faltaron las referencias a la postura del actual Gobierno argentino, que a través de su cancillería aseveró que “no están los elementos” como para describir lo ocurrido en Bolivia como un golpe.
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A este respecto se pronunció Carolina Goikoetxea, una manifestante argentina que no dudó en calificar lo sucedido como un “golpe de Estado”.
“Más allá de las diferencias que uno pueda tener con el modelo de Evo Morales, consideramos que la injerencia de las Fuerzas Armadas, en cualquier gobierno democrático, es un golpe de Estado, y en América Latina hemos tenido muchísimas experiencias de golpes”, señaló.
Morales anunció este domingo en un vídeo que renuncia a la Presidencia después de casi 14 años en el poder.
Esto se produce tras semanas de protestas en las calles -que han dejado al menos tres fallecidos y 421 heridos entre partidarios y detractores del mandatario Morales-, luego de los comicios del 20 de octubre pasado, que según Morales le dieron la victoria pero que la oposición acusa de fraudulentos.
Si bien diversos Gobiernos como el de México y Uruguay consideran que la salida del mandatario -cuya dimisión fue pedida por las Fuerzas Armadas- es un golpe de Estado, incluido el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que asumirá el cargo el 10 de diciembre próximo, el actual gobierno macrista descarta que se trate de esa situación.