Un hombre clave en la investigación del asesinato del fiscal antidrogas Marcelo Pecci, ocurrido el 10 de mayo del 2022 en isla Barú, Colombia, dio una entrevista exclusiva a NPY, en donde detalló la investigación que permitió la captura de los autores materiales.
Se trata del general Jorge Luis Vargas, un militar con mucha experiencia en investigaciones castrenses, militares y privadas, que trabajó codo a codo con la Fiscalía de Colombia, junto con especialistas extranjeros, para dilucidar el asesinato.
A los pocos minutos del crimen, Vargas llegó hasta la escena principal y ordenó la presencia del mejor equipo de investigadores de la Policía desde Bogotá.
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Cerca del mediodía de ese viernes, tuvo su primera reunión técnica, en donde organizaron los primeros datos de policía, recolección de información y los bloqueos en Cartagena, costa Caribe y aeropuertos.
Aquel operativo se denominó Plan Candado, en el cual los policías visitaron todos los hoteles de la zona a fin de verificar la salida de personas, ya que la prioridad en esas primeras horas era “bloquear y lograr la captura en caliente, como lo llamamos en el ámbito de la investigación”, de acuerdo con el militar.
La intención de los primeros operativos era “quebrar la estructura para que se sientan acosados, con miedo”.
“Así como tienen un plan para cometer, tienen un plan para salir. Teníamos que cortar ese plan de salida. Lo más importante era tener reconocimiento fotográfico y empezar el trabajo de celdas de celular, que hicimos en Cartagena y Barú”, subrayó.
Recordó que el fiscal general dio la orden para que las empresas de telefonía pasen de inmediato a los fiscales las conexiones de los teléfonos.
“Con analistas de inteligencia de la Fiscalía y Policía se inició un trabajo de reconocieron de celdas y en cuestión de 72 horas teníamos identificados siete celulares, que habían estado en Cartagena, en playa Blanca y daban sobre la playa del hotel en isla Barú”, relató.
En seis días ya tenían los dos primeros nombres de los delincuentes que habían causado el homicidio.
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“Supimos que venían de Medellín, uno de ellos era extranjero venezolano, el alias de él, los reconocimos, y el colombiano que había estado manejando la moto náutica procedente de Medellín”, agregó.
Montaron vigilancias sobre las casas y con celulares cruzados en Cartagena y Medellín se llegó hasta quienes pusieron el dinero y el articulador logístico.
En 15 días, los investigadores ya tenían los datos completos de las personas que perpetraron el crimen.
“Estructuras poderosas están detrás del crimen”
Por las circunstancias específicas del homicidio de Pecci, para el militar no había duda de que el crimen tenía el sello del crimen organizado.
“Esto era crimen organizado, yo no tuve nunca la menor duda de que eran estructuras poderosas las que estaban realizando este crimen en Colombia; pues ahora correspondía saber quién lo hizo, si era ordenado por colombianos, paraguayos, brasileños, narcos internacionales. Por eso pedí la asistencia del FBI, que se sumó con las autoridades paraguayas y colombianas”, subrayó.
El crimen de Pecci, según describió, fue de película, muy pocas veces visto en el mundo real, por lo que consideró que había un alto grado de planificación e información.
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A dos años del asesinato, su reflexión se centró en dar con los mandantes del crimen para que sean capturados y que paguen la máxima condena para que sea haga justicia.
“Marcelo Pecci, por lo que sabemos, por lo que me han dicho los colegas de Paraguay, era un héroe en la lucha contra el delito a nivel mundial. La mejor recompensa hoy, con la ausencia de fiscal Pecci, es que los autores intelectuales sean capturados y condenados con severidad”, finalizó.
Condenados
Por el asesinato de Pecci, además de los hermanos Andrés Felipe y Ramón Emilio Pérez Hoyos, fueron condenados Margaret Chacón Zúñiga, la esposa de Andrés, a 39 años de cárcel por los delitos de homicidio agravado y portación ilegal de armas.
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A 23 años y seis meses de prisión fue condenado Wendre Still Scott, venezolano, quien efectuó el disparo; Eiverson Adrián Arrieta Zabaleta, el conductor de los asesinos; y Marisol Londoño Bedoya y Cristian Camilo Monsalve Londoño (madre e hijo), ambos cómplices del hecho.
En tanto, Francisco Luis Correa Galeano pasó de articulador y coordinador logístico del crimen a colaborador de la Fiscalía de Colombia.
Se le otorgó inmunidad parcial por un año, solamente para el delito de homicidio agravado, y seguirá el juicio por las otras conductas ilícitas.