Apenas unos pocos vehículos y personas se veían en las calles, donde la víspera se enfrentaron manifestantes, policías y civiles armados hasta con fusiles.
Restos de barricadas y grandes cantidades de escombros reflejan el caos que envolvió a esta ciudad de 2,2 millones de habitantes, bajo toque de queda nocturno.
Trece personas murieron en diferentes episodios; entre ellas, un funcionario de la Fiscalía, quien mató con su arma a dos manifestantes que bloqueaban una vía. La turba se abalanzó sobre el hombre —que estaba fuera de servicio— y lo linchó, según el ente investigador. “En el sur de la ciudad tuvimos (...) casi una guerra urbana, donde muchas personas no solamente perdieron la vida, sino que también tuvimos una importante cantidad de lesionados”, dijo el secretario de Seguridad, Carlos Rojas, a Caracol Radio.
Al menos ocho de las muertes fueron por arma de fuego, según la policía.
En un mes de protestas masivas murieron por lo menos 59 personas, incluidas los 13 fallecidos del viernes, pues la Defensoría del Pueblo había reportado hasta entonces 46 fallecidos. Los heridos superan los 2.300 entre civiles y uniformados, de acuerdo con el Ministerio de Defensa.
La oenegé Human Rights Watch asegura haber recibido denuncias creíbles de 63 muertes, 28 de ellas relacionadas con las manifestaciones.
Duque, quien desde el viernes está en Cali, ordenó el despliegue de tropas bajo la figura de la asistencia militar que faculta al ejército a apoyar a la policía en tareas de control. “Me siento más seguro con el ejército que con la policía (...) porque aquí siempre ha sido más respetado”, señaló Modesto Tenorio, un comerciante de 64 años que trabaja cerca de la alcaldía.
CIVILES “MASACRANDO”. Son en total 1.141 militares que asumirán la vigilancia de Cali. En un decreto firmado la noche del viernes, el mandatario activó un dispositivo de apoyo militar de unos 7.000 hombres para 10 departamentos afectados por bloqueos viales.
Desde el 28 de abril a diario se movilizan multitudes para protestar contra el Gobierno por los abusos policiales y el manejo de la crisis económica que trajo la pandemia.
El viernes la jornada fue particularmente violenta en Cali. “Nosotros estábamos en una actividad cultural con la gente porque ya estábamos celebrando un mes de paro en el barrio de Meléndez, cuando se escucharon unos tiros”, relató un testigo que pidió reservar su nombre por temor. “Empezaron a masacrar a la gente. Eran unos cinco personajes de civil, escondiéndose detrás de los árboles”, aseguró el bachiller de 22 años. Videos que se viralizaron en las redes respaldan su versión. La policía aseguró en un comunicado que investigará a los uniformados que fueron “permisivos con la actuación de civiles armados”.
Colombia pasa por un inédito levantamiento popular que detonó una propuesta de Duque para aumentar los impuestos a la empobrecida clase media, con el fin de tapar el hueco fiscal dejado por la pandemia.
“Por qué Cali es el epicentro de la crisis”
Las noches se volvieron una pesadilla en Cali. La violencia de las protestas contra el Gobierno colombiano estalló en esta ciudad, donde convergen los males de un país sumido en seis décadas de guerra. En la llamada capital del posconflicto, el acuerdo de paz firmado con la guerrilla FARC en 2016 no trajo la calma esperada. Desde que comenzaron el 28 de abril, las manifestaciones contra el presidente Iván Duque se tornaron en revueltas en la urbe, duramente reprimidas por la fuerza pública, y la situación empeoró cuando cayó el sol, el 3 de mayo. En Cali se juntaron descontento social, pobreza, economía ilegal de narcotráfico y distintas formas de criminalidad que se arraigan en barrios deprimidos, explica Édgar Barrios, rector de la Universidad del Valle. A los bloqueos de vías, que provocan desabastecimiento de gasolina y medicamentos en plena pandemia, el Gobierno respondió con la militarización de la ciudad. En Cali, la pobreza alcanza al 36,3% de la población y la tasa de homicidios es de 43,2 muertos por 100.000 habitantes, contra los 23,79 en el país.