Entre las voces del disenso se escucha a la diputada Johanna Ortega, quien no solo asegura que el dinero de la subasta se usará para pagar salarios, sino que también se trata de un plan que no tiene en cuenta los factores sociales detrás de la transacción. Comparó la situación con la que se vive actualmente alrededor del mirador de Ita Pytã Punta.
“Fijate que esto de comprometer cosas y no explicar qué específicamente se va a hacer, ya se hizo antes”, dijo, refiriéndose a la emisión en 2020 de G. 200.000 millones de los bonos G7. De este monto debían destinarse G. 6.000 millones a la construcción del mirador en Itá Pyta Punta.
“Ellos calcularon 6.000 millones para un mirador sin tener en cuenta todas las soluciones sociales que se tenían que llevar adelante”, apuntó la diputada. “Hay gente viviendo ahí en una situación peligrosa, porque es un área que se va erosionando naturalmente por la erosión generada por el cauce hídrico que tiene enfrente”.
Ortega cuestionó la utilidad de tener “un lindo mirador para curiosear” cuando aún siguen sin resolverse los problemas que afectan a la zona.
NECESIDADES. Los vecinos del barrio Itá Pytã Punta están de acuerdo con la intervención por parte de la Municipalidad de Asunción, pero se oponen a un posible desalojo. Sus representantes aseguran que el intendente, Óscar Rodríguez, no tiene idea de las necesidades por las que atraviesan en lo que respecta al mejoramiento del mirador. Se necesitan bancos, baldosas, señalización, rejas, pintura y también un muro de contención alrededor de la zona. Según los pobladores, se trata de una zona de gran potencial desaprovechado por falta de regulación de parte de instituciones como la Comuna, la Secretaría de Cultura y también la Senatur.