En una entrevista con Efe, el paleontólogo y director del Museo de Geología de Ciudad de México, Luis Espinosa, aseguró que grupos como las aves, los mamíferos o, incluso, otros reptiles como los cocodrilos lograron burlar el cataclismo planetario que acabó con el grupo dominante.
El experto consideró que primero es importante diferenciar las dos hipótesis más difundidas al respecto de la extinción.
Una de ellas es que el impacto de un meteorito de 10 kilómetros de diámetro los aniquiló junto al 70% de las especies que habitaban la Tierra, sumiendo al planeta en una catástrofe ambiental, un cambio climático drástico.
La otra sostiene que la población de dinosaurios estaba ya muy mermada y que fueron enfermedades que estaban presentes en el ambiente las que acabaron con ellos. Estas enfermedades vendrían derivadas de los fuertes cambios en el clima que de manera natural experimentaba el planeta.
Estos cambios trajeron también modificaciones en la vegetación de la Tierra, que en ese entonces apenas tenía plantas con flores, conocidas como angiospermas y las cuales hoy predominan en el mundo que conocemos.
“Si cambiamos la vegetación por el cambio de clima, estamos cambiando la vegetación a este grupo de organismos (los dinosaurios) que estaban hiperespecializados en esas condiciones”, explicó.
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Sabiendo esto, surgen las hipótesis de por qué sobrevivieron otras especies.
Una de ellas se centra en las llamadas tasas de reproducción, y es que los dinosaurios tenían tasas más largas que las de otras especies, según apuntó este especialista, maestro en ciencias por la Universidad Estatal de California en Long Beach.
Tener una tasa de reproducción amplia implica alcanzar la madurez sexual con 20 o 30 años, algo que se suma a largos procesos de gestación, empollamiento y eclosión del huevo de dinosaurio.
Esto supone un problema muy grave cuando el planeta está viviendo una catástrofe ambiental como la que el mundo experimentaba al final de la era mezozoica, que se extendió de hace unos 252 millones de años a alrededor de 66 millones, acotó Espinosa.
Asimismo, ahondó en que “grupos como las aves y los mamíferos tienen tasas de reproducción muy cortas y esas tasas de reproducción muy cortas son muy buenas para poder sobrellevar fenómenos y catástrofes ecológicas”.
Otra explicación que la comunidad científica ha tratado de dar a esta incógnita se refiere a la existencia de refugios, agujeros en los que algunas especies se metieron para sobrevivir.
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“Solo que, por ejemplo, los cocodrilos, que son otro de los grupos que se salvaron, no son tan chiquitos y no caben en un agujerito. Los tiburones que se salvaron tampoco sé cómo le pudieron hacer para sobrevivir”, cuestionó.
Los mamíferos son los que mejor encajarían en esta teoría pues en aquel entonces eran muy pequeños.
Esto se debe, según explicó el ex profesor de licenciatura de geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a que los dinosaurios eran en aquel tiempo los dominantes y los que atrapaban a sus presas, algo que impidió que los mamíferos se desarrollaran en tamaño hasta mucho tiempo después.
En lo referente a qué pudo ocurrir, el experto concluyó afirmando que sigue siendo un tema importantísimo a descubrir por los paleontólogos.
Pero, más allá de qué provocó la caída de los dinosaurios, conviene mirar de cerca qué legado pudieron dejar al planeta.
En términos filogenéticos, a raíz de estudios paleontológicos que observan las relaciones anatómicas, se deduce que las aves derivan de un grupo de dinosaurios bípedos llamados terópodos, al que pertenecen el enorme tiranosaurio y los más pequeños, pero también atemorizantes velocirraptores.
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Los velocirraptores, célebres por las películas de la serie Parque Jurásico, eran dinosaurios pequeños y extremadamente ágiles, con el metabolismo acelerado y capaces de elevar su temperatura corporal, aseguró el experto.
Características como estas de algunos dinosaurios, sumadas al desarrollo de plumas sobre la piel, habrían dado origen a las aves a partir del proceso de selección natural.
Las aves, así como los mamíferos, coexistieron con los dinosaurios durante millones de años aunque estuvieron eclipsados por la presencia de estos, tardando eones en tomar el protagonismo del que gozan hoy día.
Pero, más allá de este legado genético, pudo haber algún tipo de herencia de comportamiento, un eco que aún resuena en animales de la actualidad.
A raíz de huellas de dinosaurios encontradas, se deduce que se movían en manadas, de forma similar a los elefantes, por ejemplo, con los más pequeños en el centro, protegidos por los más fuertes.
Algunas cosas que rodean a los dinosaurios, pese a los miles de fósiles y rastros que se han estudiado sobre ellos, parecen seguir siendo una incógnita que aguarda paciente a ser esclarecida.