La niña vivía con su abuela y tras mudarse con su madre el padrastro intentó abusar de ella y la amenazó para que no cuente lo sucedido, pero finalmente el abuso sexual ocurrió, y en varias ocasiones. Como consecuencia la menor de edad quedó embarazada. El agente fiscal José Silguero está a cargo de la investigación.
Este es otro de los casos de abuso y embarazo de niñas que se hizo público luego del caso de la niña de 11 años que tuvo una cesárea de urgencias en el Hospital de Itauguá.
Al respecto, la ministra de la Niñez y Adolescencia, Teresa Martínez, recordó que son crímenes el abuso las relaciones sexuales con una menor y que es urgente cambiar los modelos de educación y las pautas de crianza, que ni un niño debe tocar a una niña y que en la casa la niña es un ser humano, una persona que tiene derechos, que no está en la casa para ser objeto de placer de nadie y que ya no se puede naturalizar el abuso.
Lamentó que la sociedad se rasgue las vestiduras cuando hay un niña de 10, 11 años embarazada, pero no cuando un adulto tiene relaciones con menores de edad. También empieza a normalizarse –refirió– si una lo está a los 14 años, que tenga pareja a los 15 porque los padres no pueden mantenerla. “Esto tiene que ser algo planificado, deseado, esperado y no por una situación de abuso y de sometimiento a una relación temprana”, dijo Martínez en La Lupa, por Telefuturo.
Sostuvo que hay evidencias científicas que indican que una adecuada educación sexual en adolescentes va a retardar las relaciones sexuales y que no cree que esto vaya contra ningún principio religioso o escuela. “Hay que sentarnos como sociedad y debatir el tema. Hay que hablar, se trata de proteger a los menores y adolescentes y no de aborto o una discusión provida o contra la vida”, afirmó. Resaltó que una educación sexual integral hará que los adolescentes sean conscientes de que si deciden tener relaciones sea por voluntad y de manera segura y que las niñas identifiquen situaciones de abuso y denuncien.