El ministro Eugenio Jiménez Rolón aceptó en la fecha el cargo de la vicepresidencia segunda de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), debido a que el ministro César Garay tampoco quería asumir. Ante la doble negativa, se tiene en cuenta la votación del pleno de la Corte, informó el periodista de Última Hora Raúl Ramírez.
Uno de los trasfondos del rechazo inicial al cargo es el hecho de que la ley establece que los integrantes del Consejo de Superintendencia no podrán ocupar cargos en la mesa directiva de forma consecutiva. Es decir que Jiménez Rolón no podría aspirar a la presidencia de la Corte el próximo año.
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Jiménez Rolón manifestó que el resumen de las exposiciones señaladas en las sesiones anteriores es que existe “libertad de los ministros de aceptar o no una designación, siempre que no esté en peligro la prohibición del cargo”.
Una mayoría de la CSJ se inclinó en la sesión pasada por la postura de que el ministro acepte el cargo, lo que derivó en que los ministros Víctor Ríos y Manuel Ramírez Candia se retiraran dando su respaldo a Jiménez Rolón.
“Por otro lado, se aludió también a que existe una carga pública de los ministros que impide oponerse a las elecciones. Acá yo quiero recordar que yo acepté la tesis de la carga pública, condicionado a que si existe la inaceptación de dos ministros, por supuesto, buscar otra alternativa que la reelección”, manifestó.
Asimismo, dijo que se había señalado que el problema radicaba en que estará inhabilitado para ejercer la presidencia el año próximo, pero asegura que en realidad no ha sido en el fondo el motivo de su postura.
“Como se habló de la virtual presidencia que estaría frustrada, considero que cada colega tiene el legítimo interés de presidir la Corte, un interés que no es personal sino institucional, porque acá estamos todos para potenciar el Poder Judicial y cada colega tiene también su visión respecto del gobierno y las prioridades que coyunturalmente se imponen en el Poder Judicial”, remarcó.
En ese sentido, mencionó que también tiene sus intereses y los plasmó cuando ejerció la presidencia, en cuyo rol consideró que la transparencia es importante, por lo que gestionó las transmisiones de las sesiones y el Observatorio de Causas Emblemáticas.
“Creo que la cuestión ha hecho propicia para analizar los alcances de la Ley 609/95, que es en virtud de la interpretación que se tiene que se llega a la conclusión señalada. Me parece que la decisión que se tome sea por aplicación directa y no por interpretación”, expresó.
Entre otras cosas, ratificó su postura de que cuando existe la posibilidad de llenar el cargo, en razón de que no hay peligro para el funcionamiento de la CSJ y que no se puede decir que la carga pública afecta solo a un ministro, cuando hay dos en situación de elegibilidad.
“Me ratifico en que la mayoría es esencial, pero también tiene sus limitaciones. En esa sesión dije expresamente que la situación sería diferente si hubiese habido imposibilidad de llenar el cargo por una cuestión de ambos ministros elegibles”, sostuvo.
El ministro aseguró que no quiso que una eventual visión distinta pueda obstaculizar el logro de los objetivos del gobierno judicial que fue electo, además de que nunca hubo un interés personal, pero le resultó llamativa su elección después de haber dicho lo que dijo y sentado su postura.