En la actualidad, los países asiáticos han mostrado una marcada preferencia por invertir en naciones que han alcanzado el codiciado grado de inversión. Este estatus no solo refleja estabilidad económica y un entorno favorable para las inversiones, sino que también atrae la atención de potencias económicas en el Lejano Oriente. Con un enfoque renovado en diversificar sus relaciones internacionales y económicas, Paraguay mira hacia Asia no solo como un mercado prometedor para sus exportaciones, sino también como una fuente crucial de cooperación, financiamiento y desarrollo tecnológico.
Como es muy sabido, la relación entre Paraguay y la República de China (Taiwán) se remonta a más de sesenta años, desde su inicio en 1957. A lo largo de estas décadas, ambas naciones han forjado una alianza que abarca acuerdos de cooperación bilateral en diversas áreas claves para el desarrollo de Paraguay como infraestructura energética, tecnología, educación, inclusión financiera, asistencia social y técnica.
En términos comerciales, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwán, en 2023 el comercio bilateral entre ambos países alcanzó los USD 252 millones, con un incremento del 310% respecto a los valores del 2018 (USD 61 millones). Las principales exportaciones paraguayas hacia Taiwán son la carne bovina y porcina; de hecho, la isla asiática es nuestro segundo mayor comprador de carne bovina y el primer mercado para la carne porcina.
En importaciones, datos del Viceministerio de Economía señalan que Paraguay compró de Taiwán principalmente aceites de petróleo, aparatos de telefonía y relojes de pulsera, baúles, maletas, maletines, aparatos de radiodifusión, radiotelegrafía, aparatos de radar, aparatos de televisión, entre otros productos. La colaboración entre ambos países trasciende lo comercial, destacándose en áreas como la cooperación técnica, el financiamiento y el apoyo al desarrollo. Taiwán ha brindado un respaldo significativo en el sector educativo, otorgando becas a estudiantes paraguayos y promoviendo la creación de la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay, dedicada a formar a las futuras generaciones en tecnología e innovación.
Recientemente, Paraguay y la empresa taiwanesa Master Transportation firmaron un acuerdo para establecer la primera planta montadora de autobuses eléctricos en el país, un desarrollo único en la región. Además, Taiwán ha contribuido al financiamiento de infraestructura, como el acuerdo de USD 290 millones para la modernización del sistema eléctrico paraguayo, de los cuales USD 260 millones provendrán de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y los otros USD 30 millones de un crédito otorgado por Taiwán. También, la isla asiática donó USD 5 millones para la creación del Fondo de Garantía para la Mujer (Fogamu), facilitando así el acceso de las mujeres a créditos y promoviendo su participación en la economía.
Además de los financiamientos mencionados, se encuentran USD 14 millones, para mejorar la calidad de atención en los establecimientos de salud en Paraguay. Este año finalizó el desembolso de USD 12 millones para la construcción de viviendas destinadas a comunidades indígenas y recientemente Taiwán donó USD 100.000 para la compra de kits de alimentos que beneficiarán a más de 2.500 familias vulnerables afectadas por fenómenos climáticos severos.
Al mismo tiempo, Paraguay mantiene una relación comercial significativa con la República Popular China, que se ha consolidado como uno de sus principales proveedores de importaciones. En 2023, las importaciones a Paraguay desde China alcanzaron los USD 5.113 millones, abarcando productos como equipos de telecomunicaciones, maquinaria y productos electrónicos. Sin embargo, debido a que las exportaciones paraguayas hacia este mercado se realizan a través de intermediarios, tenemos más conjeturas que datos de intercambio comercial. El acceso directo al mercado de la República Popular de China ha generado presión interna en Paraguay, especialmente entre la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y los productores pecuaristas, que ven en China un mercado potencialmente lucrativo, pero actualmente accesible solo a los demás países del Mercosur.
Del lado financiero, la República Popular de China ha incrementado significativamente sus préstamos a países de América del Sur, como Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil, para financiar proyectos de infraestructura y energía. Se estima que ha proporcionado alrededor de USD 137.000 millones en financiamiento a países de América Latina y el Caribe. Es decir, que el valor de las inversiones representa aproximadamente el 318,55% del PIB de Paraguay, que fue USD 43.008 millones en el 2023.
Estos países se benefician del Silk Road Initiative (Iniciativa Ruta de la Seda), un proyecto de China para expandir su influencia económica y geopolítica a través de grandes inversiones en infraestructura. Paraguay no forma parte de esta iniciativa ambiciosa, que ha generado numerosas controversias. Según sus críticos, ha provocado serios incrementos de deuda por proyectos que no lograron la eficiencia esperada, generando conflictos con organizaciones que promueven leyes ambientales y laborales, e incluso cuestionando la soberanía de los recursos de los países participantes. Situaciones similares a las que enfrentaron los Estados Unidos en los años sesenta con la Alianza para el Progreso.