Un proyecto propone la instalación de un teleférico, una estatua gigante, un globo e incluso casinos. La propuesta está en estudio en la Secretaría de Turismo y Proyectos Estratégicos de la Municipalidad de Foz. Por las características, la propuesta en este momento se encuentra en la etapa de divulgación y debate con la comunidad.
Las conversaciones han involucrado a sectores de la Iglesia, la industria hotelera y potenciales inversores. Un grupo de hoteleros están considerando la posibilidad de construir casinos, mientras tanto inversores de Dubái están evaluando la idea de colocar un globo en la isla, que ofrecería a los turistas una vista panorámica de 360 grados de la región.
En tanto, la Curia Diocesana de la Iglesia Católica en Foz, tiene interés en instalar una estatua gigante de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas, y tendría una altura de 33 metros; una referencia a la edad de Jesús.
Se aclara que la intención es intervenir solo el 5% del área de la isla, que tiene 313.000 metros cuadrados. Teniendo en cuenta que la idea involucra cuestiones ambientales, el proyecto debe ser sostenible. La idea es que los fondos generados por el turismo en la isla puedan financiar otras unidades de conservación en el municipio vecino que actualmente carecen de una fuente de financiamiento.
La reactivación de la propuesta de exploración turística de la isla Acaray surgió después de una visita de André Alliana, secretario de turismo de Foz, a la Superintendencia del Patrimonio de la Unión (SPU) en Brasilia (Capital Federal del Brasil), para tratar la ampliación del Marco das Tres Fronteiras.
PREOCUPACIÓN. En tanto, sectores ambientalistas de Foz de Yguazú, en una carta a la Secretaría de Turismo han expresado su preocupación sobre el proyecto de explotación de la isla Acaray. La idea será objeto de un amplio debate el próximo 13 de setiembre durante la reunión del Consejo de Medio Ambiente (Comafi).
“Es una porción territorial de flora nativa que queda del Bosque Atlántico, el cual es uno de los bosques tropicales más amenazados del planeta y continúa siendo objeto de deforestación ilegal, lo que resulta en la pérdida anual de millares de hectáreas de vegetación”, refiere el documento.
“Cualquier interferencia o intervención artificial en la isla, como la construcción de infraestructuras turísticas de cualquier tipo, cambiará su característica y afectará negativamente el equilibrio ecológico de la biodiversidad existente en el lugar”, advierte.
Nathalie Husson, una de las ambientalistas preocupadas por la intención, dijo que hoy es necesario preservar la naturaleza y tener la mínima intervención posible. Recuerda que el área es pequeña, de difícil acceso en la zona más profunda del río Paraná.
“Nuestra lectura siempre será basada en la crisis socioambiental en curso, de la caída de biodiversidad, del calentamiento global y la presión sobre los recursos naturales. La sociedad necesita racionalizar los recursos y terminar de inventar cosas que destruyen más la naturaleza”, aseguró.
Esta isla de origen volcánico tiene 313.000 metros cuadrados. Pertenece al Gobierno brasileño por estar antes del canal del río Paraná. La Armada del Brasil es la responsable de su protección.
