Una de las afecciones que ataca a los niños y recién nacidos es la dermatitis atópica. Se trata de una patología inflamatoria crónica, genéticamente determinada, donde predominan la picazón y sequedad de la piel, la cual afecta a todo el cuerpo o determinadas zonas y en torno a ella hay cientos de mitos y verdades a descifrar.
Patología de la piel
La doctora Alejandra Cuba, médica especialista en Dermatología Clínica, Quirúrgica y Estética, comenta que esta patología puede presentarse desde edades muy tempranas, incluso en recién nacidos, también en niños y en adultos y se la conoce también con el nombre de eccema atópico.
“La dermatitis atópica es una condición que consideramos crónica. Esto quiere decir que se alarga en el tiempo; lo más habitual es que se trate, mejore y vuelva a aparecer”, menciona la profesional, quien además agrega que la mayoría de los niños mejoran en la adolescencia, aunque actualmente se ven rebrotes e incluso pacientes que inician en la edad adulta.
Enemigos de la piel
La piel atópica es muy sensible, por eso son varios los factores que influyen en su irritación y picazón; es decir que son muchos los enemigos que le causan daño y por eso se debe evitar a toda costa tenerlos cerca, estos pueden ser tipos de ropa, perfumes, artículos de limpieza entre otros. Hasta el estrés puede causar una reacción alérgica en el cuerpo.
“Existen ciertos factores que llamamos exacerbantes y entre ellos debemos considerar: Artículos de limpieza, ropas que no son de algodón, fragancias, estrés, muchas veces la sudoración misma, ciertos alimentos y aeroalérgenos”, añade la profesional.
Los alimentos también influyen de manera incalculable a la dermatitis atópica, por eso se debe tener en cuenta una buena alimentación, evitando consumir productos que puedan producir una reacción alérgica.
“En algunos casos, aproximadamente el 35% de los casos que catalogamos como dermatitis atópica moderada-grave tienen como causa una alergia alimentaria. Sospechamos en pacientes que comienzan con lesiones en edades muy tempranas, son agresivas y persistentes a pesar del tratamiento”, indica.
Hay muchos mitos y verdades que rodean a esta patología, uno de ellos es que el sol es su peor enemigo y que por ello no deben salir a la calle cuando los rayos del sol están al rojo vivo. Esto en parte es verdad. El astro rey en este caso puede ser un enemigo y por eso se debe tener especial cuidado, sobre todo en lo referente a los niños con esta afección.
Ellos pueden salir al sol siempre y cuando sus padres tomen las medidas necesarias para su cuidado.
“Los niños sí pueden salir al sol, teniendo los cuidados y recordando que los rayos UV a dosis pequeñas y controladas pueden tener un efecto antiinflamatorio que disminuyan los síntomas”, refiere Cuba.
Cuidados a tener en cuenta
Como padres son varios los cuidados que debemos tener con los niños que padecen esta afección y uno de ellos son las cremas. Existen en el mercado varios emolientes tópicos donde destacan dentro de sus componentes ácidos grasos esenciales como por ejemplo el ácido oleico, linoleico. Los mismos son los principales caballitos de batalla a la hora de cuidar la piel de los más pequeños.
Otros puntos a tener en cuenta, según recomienda la profesional, son bañarlos con agua tibia, templada, que no sea fría, ni caliente.
“Los baños deben ser cortos, no sobrepasar los 5 a 10 minutos, evitando siempre chorros directos a presión para no dañar la piel. Usar limpiadores sin detergente ni fragancias, con ph similar al de la piel (4,5-5,7) y secarlos de forma suave con toallas de algodón”, menciona Cuba.
Es importante que tras la ducha se les aplique inmediatamente cremas hidratantes, para fijar el agua que han recibido los poros dilatados de la piel y conseguir una humectación más duradera.
“Intentar reaplicar buenas capas 2 a 3 veces al día. Buscar las que tienen en su composición Lanolina, vaselina”, agrega.
Es relevante que se los vista con ropas de algodón y el lavado de ellas debe ser con jabones neutros, evitando el uso de suavizantes de ropa. “Evitar los factores desencadenantes como irritantes, detergentes, aeroalérgenos y determinados alimentos”, finalizó.