Los senadores modificaron la Ley del Fonacide mediante la cual se da posibilidad a la participación de representantes de universidades públicas y gremios de la educación.
Sin embargo, a la discusión sobre la aprobación de la propuesta se sumó la duda sobre la mayoría que dio vía libre.
A pesar de que finalmente quedó con media sanción y se decidió remitir a Diputados, los reclamos persistían hasta que se pidió la reconsideración que al final solo hizo que quede firme el proyecto.
El bloque de Patria Querida abiertamente se opuso a la inclusión de más representantes. Se aclaró que no se le excluía al sector privado.
La colorada Blanca Ovelar manifestó su conformidad en torno a la incorporación de docentes y estudiantes de las universidades públicas.
Uno de los proyectistas, el liberal Víctor Ríos consideró que hubo malas interpretaciones o un error acerca de que se pretendía excluir al sector privado de la normativa. “Es un contrasentido que para el fondo que apunta a mejorar la calidad de formación de docentes, no se les escucha a los docentes”, cuestionó.
Comparó con la posibilidad de crear un fondo para promover la exportación de la carne, en la que se deje fuera a referentes de la ARP (Asociación Rural del Paraguay).
Esperanza Martínez, también proyectista, defendió la participación de los gremios y las universidades públicas.
Cuestionó que por parte del sector privado algunos hacen de jueces y parte, y que podrían beneficiarse de los recursos, cuando que el aporte tiene que ser altruista.
El cartista Enrique Riera, ex ministro de Educación, sugirió incorporación por etapas, alegando que podría ser muy dificultoso sobre todo para la elección de los posibles representantes de gremios.
“Pero por favor, no tengamos miedo a la discusión. Estos chicos, docentes, representantes van a participar, dar su opinión. No tienen voto. Los que van a deliberar y tomar posición son las autoridades del MEC”, refirió Martínez, ante la abierta oposición de sus colegas.
Sin mayoría. En medio de la discusión y el reclamo por la falta de consenso, hubo propuestas de postergación y de aprobar en general y luego aplazar para otra fecha.
Sin embargo, al final se decidió igual el tratamiento en particular. Solo hubo 16 votos para que se utilice el texto propuesto por la comisión de Legislación, mientras que para la de Educación tuvo 18 votos, de los 38 presentes. Se necesitaba 20, pero igual corrió.