“No hablemos mucho de otros que se enriquecen todavía en tiempo de desgracia, con ellos no se puede construir una sociedad humana, o la Iglesia, o una ciudad casa de todos. Nuestra comunidad de fe. Queremos aportar los más precioso a todo Alto Paraná y Canindeyú, es decir, la misma caridad que animaba a San Blas”, expresó el monseñor Guillermo Steckling.
En ese sentido, se refirió en la segunda lectura bíblica del domingo a la frase “la apariencia de este mundo es pasajera”, informó el corresponsal de la zona Wilson Ferreira.
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También señaló que la enfermedad Covid-19 lo ha relativizado; “sus consecuencias materiales y sociales han suscitado en nosotros una rebeldía que va de la negación de la enfermedad al llamado urgente del personal de blanco de cuidarnos mucho más, va de actitudes desafiantes, al comportarnos como si no fuéramos vulnerables a las especulaciones sobre algún complot”.
Asimismo, recordó que San Blas en su época conoció de situaciones difíciles similares, por lo que llegó a ser mártir.
“Eran tiempos de persecución en el imperio romano, su mérito no está simplemente en haber vivido en una época difícil. Fue reconocido como santo, porque aún en la dificultad vivió el amor cristiano, fue médico y lo es siempre para nosotros con especialización en las enfermedades de la garganta y, por qué no, del Covid”.
Destacó el amor del santo patrono tenía a los más necesitados y dijo que “son dignos de San Blas los que aprovechan todo como buena ocasión para ejercer la caridad, tal como sucedió en los últimos meses, en los que cumplieron su misión como si nada en los hospitales y otros servicios, los que organizaron ollas populares y los que entendieron la pandemia como una buena ocasión para hacer el bien como nunca antes”.
En otras cosas, dijo que a Cristo con todo su amor y su poder se lo reconoce con el simple gesto de repartir el pan, “que también la gente nos reconozca como cristianos al partir el pan con los que necesitan y ojalá que lleguemos a compartir con muchos la fe en Cristo y también nuestra cariñosa gratitud a su madre María”.
“Estamos en manos del todopoderoso y la esperanza en él no nos va a defraudar. Rezar siempre resuelve, escuché decir hace poco al monseñor Nicioli, obispo de Diamantina. Fue durante una gran conferencia virtual sobre la vacuna que ofrece una esperanza concreta”, manifestó.