“Agradezco al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos por informar al mundo que hubo graves violaciones a los derechos humanos por parte del Gobierno represor de Áñez”, escribió Morales en Twitter, presumiblemente desde Cuba.
El jueves pasado, la misión de observación desplegada en Bolivia por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos indicó que algunos hechos ocurridos desde el estallido de las protestas tras las elecciones del 20 octubre “podrían constituir graves violaciones a los derechos humanos”.
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Jeanine Áñez asumió la Presidencia interina después de que Evo Morales anunció el pasado 10 de noviembre su renuncia, forzado por las Fuerzas Armadas, tras un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que advirtió graves irregularidades en los comicios del 20 de octubre.
Al día siguiente, Morales salió hacia México, donde está asilado.
La oficina presidida por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet apuntó en su informe a los disturbios acontecidos en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto).
En Sacaba, unos 350 kilómetros al sureste de La Paz, tuvo lugar el 15 de noviembre un duro enfrentamiento entre grupos cocaleros del trópico de Cochabamba, que intentaron entrar en la ciudad, y la Policía y el Ejército que bloqueaba los accesos.
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Los disturbios en la capital de la provincia Chapare dejaron al menos nueve muertos, que según la Defensoría del Pueblo de Bolivia sufrieron heridas de bala, y un balance de decenas de heridos.
En el caso de Senkata, un barrio de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, la represión de las fuerzas del Estado contra los manifestantes dejó al menos 10 muertos, además de heridos, detenciones ilegales y denuncias de torturas, abusos y vejaciones.
Solo el 19 de noviembre murieron ocho personas en un operativo policial y militar, en medio de la tensión por los bloqueos en las calles, la escasez de comida y combustibles y los constantes enfrentamientos en favor y en contra del expresidente Morales.
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En otro mensaje, Morales aseguró este sábado que “las masacres de Sacaba y Senkata no quedarán impunes”.
“Tarde o temprano Añez, (el ministro interino de Gobierno, Arturo) Murillo, así como los militares y policías que se atrevieron a disparar con balas al pueblo movilizado contra el golpe, serán alcanzados por la justicia”, escribió.
Asimismo, saludó “el gran encuentro del Movimiento al Socialismo (su partido político) y los movimientos sociales”, que se desarrollará hoy en Cochabamba”, y añadió que “después del golpe de la derecha que dejó tantos muertos y heridos, hoy el pueblo se une, organiza y moviliza para recuperar la democracia”.
El viernes fuentes diplomáticas mexicanas y del entorno de Morales informaron que el ex mandatario boliviano había viajó a Cuba para una consulta médica.
Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores indicaron que “Morales viajó por la mañana rumbo a Cuba”, y que el ex presidente informó que “se trata de un viaje temporal”.
Consultada por Efe, Gabriela Montaño, ex ministra boliviana de Salud, confirmó que “el presidente Evo Morales está en Cuba para una consulta médica con el equipo médico cubano que antes en Bolivia lo atendió".
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La renuncia de Morales ha sido calificada como “golpe de Estado” por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos.
Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.